CAPÍTULO 49

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Connor entró al salón y se acercó lentamente a donde él vampiro se encontraba estático —¿te atreviste a convertir a mi hija en una de los tuyos?— preguntó para seguido soltarle un golpe —¿Te atreviste a tocar a mi bebé?

El hombre cayó al suelo y Connor continuó golpeándolo —¡YA BASTA!— gritó Serafina.

Al escucharla, Connor dejó de golpearlo y se giró hacia donde Serafina se encontraba —¿Por qué? ¿Por qué me pides que me detenga? Él te lastimó.

—Ya no importa. Por favor no lo golpees.

—Ahora— habla Agna —tú quedarás destituido como líder del clan— señala al hombre en el suelo —Serafina ascenderá como nueva líder y esa no será una discusión.

—Pero yo soy muy joven para eso. Yo no quiero eso— interviene Serafina.

—Tomarás el lugar cuando sea el momento.

Sin oponerse, Serafina se resignó.

FÉLIX
Después de despertar me sentí más poderoso. Algo dentro de mi también lo hizo. Mi cuerpo de omega era diferente, me sentía renovado. Un Félix nuevo y más poderoso.

Corrí rápidamente a ver a Mason después de haber hablado con Arthur. Ya no era un asesino, ahora mis intereses eran otros y eso me hacía sentir mejor.

—¿Estas bien?— pregunté tocando su rostro.

Él tocó mi mano y sonrió —Si, lo estoy— me acerca a él y me da un abrazo.

—Me alegro— correspondo su abrazo y me hundo en su pecho para oler su aroma —Perdóname— dije separándome de él —lamento haberme ido y lamento haberte dejado solo.

—Ya no importa. Lo importante es que ahora estás conmigo nuevamente y no voy a dejarte ir.

Toque las cadenas que estaban en su cuerpo e intente quitarlas, pero no pude —¿la llave?— pregunté a Arthur.

Él dio la orden y uno de sus subordinados me la dio. Abrí los candados y lo liberé de esas cadenas de plata que lo debilitaban. Mason recuperó algo de fuerza y se puso de pie, comenzó a caminar en dirección de Arthur, mismo que aún se encontraba en el suelo.

Mason le plantó una patada en el rostro —Esto es por golpear a mi mate— dijo y dio media vuelta para seguido caminar en mi dirección. Me sujeto del brazo y me saco de ahí.

Salimos del castillo y luego me llevó hasta una pequeña cabaña alejada de todo. —¿Qué es aquí?

—Tu me mostraste tu lugar secreto así que ahora yo te muestro el mío— responde mirándome mientras sonreía —Este fue un obsequio de mi abuelo.

Entramos a la cabaña y comencé a examinarla. Solo contaba con una habitación, un baño, una pequeña cocina y una sala de estar —es hermosa.

Él solo se acercó rápidamente a mi y me abrazo —No vuelvas a irte— susurró en mi oído.

Me giré para poder verlo a la cara —no lo haré— dije e inmediatamente él me besó los labios, de una manera tierna y salvaje al mismo tiempo.

Comenzó a liberar ese aroma excitante. Pasó su mano por debajo de mi playera y comenzó a hacer caricias delicadas por mi abdomen —Espera— dije cuando separamos nuestros labios.

—No puedo soportarlo más— susurró en mi oído.

Tomo mis muslos y me abrazo. Yo pase mis brazos por su cuello y él comenzó a caminar hacia la pequeña habitación. Me recostó en la cama y luego se colocó sobre mí soltando besos en mi boca que poco a poco iban bajando a mi cuello.

MI OMEGA (En Proceso De Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora