CAPÍTULO 43

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—Muy bien pensado, muchacho— suelta a la pequeña y se dirige hacia donde él se encontraba —Ahora te dire lo que tienes que hacer.

—Lo haré, solo suéltela.

—Tienes hasta antes de la próxima luna llena para llevarme al rey hasta la frontera. Si no lo haces, tu hermana morirá— sin añadir más, se fue llevándose consigo a la pequeña hermana del chico.

¿Que se suponía que haría? La luna llena estaba cerca y no sabía bien cómo llevarse al rey sin que los demás sospecharan. El resto del día ideó su plan y estaba casi seguro de que funcionaría.

Al ponerse el sol, se reunió con él y habló sobre el tema. Le hizo creer que irían en una cita romántica y una vez estando ahí, le sería más fácil llevarlo hasta el lugar acordado.

Fueron a dormir y a esperar el siguiente amanecer. La guardia real se preparó desde antes que el gallo cantara, para que, cuando el rey se levantara, ya estuviera todo listo para partir.

Agna los acompaño, ya que, ese era su camuflaje. Félix había mentido al Coronel diciendo que quería llevar a un paseo a su amada reina, pero en realidad iría con su mate. El viaje demoraría no menos de dos días en llegar al lugar que el chico le había sugerido ir. Cuando el sol estuvo descubierto por las montañas. Las tropas marcharon y todos se fueron en esa pequeña caravana que acompañaba al rey para cumplir sus necesidades.

Al paso de los dos días restantes, el viaje agotó a Félix. Ese no era su fuerte, odiaba los viajes, pero si eso complacía a su amado. Podría soportarlo por el resto de su vida. Hacían paradas pequeñas para descansar y luego recobraban su viaje. Por fin, después de dos días y una noche, lograron llegar a la frontera, en donde el demonio lo había citado.

Los integrantes de su clan, emboscaron la caravana y se encargaron de eliminar a todos los que acompañaban a Félix, a excepción de su mate y de la reina Agna ya que esta era fuerte y supo defenderse del peligro.

El hombre aplaudió por detrás de los chicos, mismos que se encontraban asechando la más mínima amenaza existente —Felicitaciones, creí que no lo traerías y que abandonarías a tu hermana.

—¿Dónde está? Cumplí la parte del trato, ahora entrégamela de vuelta.

—Descuida, tranquilo. Ella está bien— hace la seña y otro hombre aparece por detrás con la hermana. El hombre la suelta y luego el demonio la toma. Le rompe el cuello y luego comienza a beber su sangre. —¡Que delicia!— exclama limpiando la sangre que escurría de su boca. Suelta el cuerpo de la menor, mismo que cae al suelo sin vida.

—Maldito— el chico enloquece y toma su espada —¿Como pudiste hacerle eso a una niña?

Estaba conteniendo el llanto, no podía mostrarse débil frente a ese ser poderoso. Tenía que demostrar que era fuerte y que podía vencerlo. Corrió hacia el hombre y le atravesó el estómago con su espada. Este fingió que moría, fingió que la herida había sido mortal y que pronto moriría bajo las manos del chico.

Comenzó a reír al ver la cara de felicidad del chico que lo había apuñalado —Eso no podrá matarme— toma la espada y la saca de su estómago para seguido regenerar su cuerpo.

—¿Que hiciste?— pregunta Félix con lágrimas en los ojos —Tu me mentiste y me trajiste aquí por esto.

—Perdóname, no había otra forma— susurra el chico mirándolo —Si no lo hacía el mataría a mi hermana y...— calló por un segundo —Al final no pude salvarla.

—Es por eso que querías venir con tanta insistencia, para matarme— se acerca a él —me traicionaste.

—No. yo no...

MI OMEGA (En Proceso De Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora