CAPÍTULO 25

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—¿Cómo es que tu...?— la chica lo mira nerviosa. Pensando que le diría a alguien.

—¿Lo sé?— pregunta Mathew mirándola al mismo tiempo que ella a él. —Cuando era pequeño mi hermana y yo enfermamos y mi padre llevo a una bruja para que nos sanara. Claro que mi padre sabía a lo que nos enfrentábamos. Después de que a bruja nos curara no volvimos a enfermar, pero cuando cumplimos dieciocho años la maldición que la bruja nos había lanzado y mi hermana murió en la hoguera por el crimen de brujería.

—¿Y tu como es que sigues vivo?

—Soy incapaz de hacerlo— responde.

—Por dios, ¿Olivia que has hecho?—. Pregunta la madre de la chica en cuanto llego al lugar —Esta sangrando mucho.

—El esta bien— Olivia se pone de pie y comienza a caminar en dirección a la casa.

—No es cierto, tu lo lastimaste— exclama Jessica un poco temerosa de que algo malo le pasara.

Olivia se detiene y se gira —¿Qué no lo ves?— lo señala —¡A ÉL TAMBIÉN LO MALDIJO ESA ESTÚPIDA BRUJA!— grita y de nuevo se gira para poder ir a encerrarse a su habitación.

¿Qué era ese sentimiento? ¿Por qué se sentía devastada por las palabras del muchacho? Un calor familiar provenía de él, parecía que ella lo conocía de hace mucho. Tenía esa sensación de haberlo visto antes.

—Olivia. Abre la puerta, tenemos que hablar— dice Jessica intentando abrir la cerradura.

—No quiero ver a nadie— dice la chica —Me siento diferente y temo que algo malo pueda hacerte a ti o a nuestros padres.

—Pero quiero pedirte una disculpa.

—¡LARGO!— grito la loba de Olivia. Esa que había despertado en el mismo momento que la chica cumplió la madurez.

Jessica solo guardo silencio y regreso por el lugar donde había llegado. —Olivia esta mal. Temo por su seguridad— dice en cuanto se reunió con sus padres y Mathew —Tenemos que ayudarla.

—¿Qué pasa? ¿Por qué dices que esta mal?

—Su voz se escucho diferente. El demonio que la posee trata de apoderarse de su cuerpo nuevamente.

—¿Qué?, no de nuevo— la madre se levanto de la silla en la que se encontraba sentada y comenzó a correr en dirección a la habitación. Los otros también corrieron y cuando se encontraron frente a la habitación, la madre abrió la puerta y todos entraron a la misma.

Olivia se encontraba mirándose al espejo, con sus ojos en color carmesí, con las uñas de las manos un poco largas y puntiagudas, con unos colmillos grandes que sobresalían de sus labios y con un poco de vello en la cara.

—¿Olivia?— la madre se horrorizo al ver a su hija en ese estado.

Tu— Olivia señalo al chico mientras se acerco a él. —¿Por qué? Se suponía que habías muerto junto conmigo en la hoguera aquel día—. Comienza a derramar lágrimas —Entonces ¿Por qué estas aquí?, ¿Por qué no me buscaste antes?

—No te entiendo— exclama el chico.

Dejaste de reconocer a tu pequeña hermanita, Connor— sonríe feliz. Su hermano no había muerto como creía.

—¿Adeline?— el chico dio pasos pequeños y luego se abalanzo a abrazarla —lamento no haberte salvado en aquel entonces.

No fue culpa tuya. La maldita criada nos traiciono y no pudimos hacer nada en contra del rey.

—Siempre me lamenté sobre tu muerte, cada maldito segundo en el que estuve en ese oscuro ataúd tus gritos no dejaba de resonar en mis oídos.

No pienses en el pasado. Ahora estamos juntos y no dejare que nada malo te suceda.

—Nadie puede lastimarme de todas formas.

(...)

Después de ese emotivo reencuentro de hermanos, transcurrieron alrededor de tres años. Mathew o, más bien, Connor, comenzó a vivir en la mansión de los Taylor y un día el chico le pidió matrimonio a la hermana menor de Olivia. Ella, obviamente acepto, ya que comenzó a sentirse atraída por él desde que se conocieron.

—Connor— Olivia llamo a Connor, quien se encontraba en la biblioteca privada de los Taylor.

—¿Qué sucede?

—Tenemos que hablar.

—Claro, ¿De qué?

—Voy a irme.

—¿Por qué?

—Un viajero me conto que después de altamar hay un sitio donde viven personas iguales a mí. Tal vez ahí aprenda a controlar a mi demonio.

—Y ¿Tus padres ya lo saben?

—Por supuesto que no. No voy a cotarles, ellos no me lo permitirán.

—Entonces ¿Por qué vas a ir?

—Mi demonio quiere encontrar a alguien. No es tan malo después de todo.

—¿Cuándo te iras?

—Después de que te desposes con mi hermana. Necesito asegurarme de que cumplas tu palabra.

—Por supuesto que me casare con ella, para mi ella es una persona muy especial, ella lo es todo para mi.

Después de su pequeña platica, transcurrieron dos semanas y el día de la boda por fin llegó —Jessica quedaste hermosa— dice Olivia al ver a su hermana vestida con un hermoso vestido blanco.

—No tanto como tu— añade la hermana antes de salir de la habitación y dirigirse al jardín en donde seria llevada la boda.

Después de convertirse en marido y mujer, un enorme banquete se celebró y una enorme cantidad de personas asistieron a comer y felicitar a los recién casados.

En cuanto Olivia se percato de que sus padres se encontraban distraídos, ensillo un caballo y luego cabalgo hacia la costa, en donde subió al enorme barco y se dirigió a la tierra de la que el viajero le había hablado.

"Queridos padre y madre. He tomado esta decisión por mi cuenta, nadie me ha obligado a irme, pero si les decía no me dejarían ir al lugar al que seguramente me dirijo ahora. El viajero me dijo que del otro lado del mar había una tierra en donde había personas como yo. Quiero averiguarlo por mi cuenta, quiero ser libre y creo que esas personas pueden ayudarme.

Ahora mi pequeña Jessica, olvide felicitarte por tu boda. Espero que tengas una buena y feliz vida al lado de Connor, así como espero que el te ame y te proteja por el resto de sus vidas.

Los quiere y extraña Olivia Taylor".

MI OMEGA (En Proceso De Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora