CAPÍTULO 8

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—¿Tu mate?

—Bueno, es solo que quería contártelo.

—Espera un segundo— estaba mas confundido que al principio y eso me estresaba —Leí algo sobre esto en algún libro de licantropía, pero ¿Yo?, ¿Tu mate? Yo, ¿el mate de un alfa como tú?— tomé uno de los panes que estaban en la mesa y le di una enorme mordida —Esto no puede ser— negué con la cabeza.

—Tienes que saber que los licántropos no elegimos quien será nuestro mate.

—Eso lo sé, pero yo no puedo ser el mate de un ser tan perfecto como tu.

—Aquí tienes lo que me pediste— la chica regreso con un pan que se veía demasiado antójable, lo puso sobre la mesa y luego se fue.

—Es para ti— toma el pan y lo pone frente a mí, yo lo tomé y le di una mordida.

—Suficiente— hablé después de haber guardado silencio por varios minutos —Esto es demasiado, así que volvamos a casa— me puse de pie y salí de la hermosa panadería.

—¿Quieres ir a algún otro sitio antes de regresar?— me alcanzo y se posiciono al lado mío.

—Estoy agotado y quiero descansar— caminamos hacia el auto y regresamos a casa. Durante el transcurso del camino permanecí callado mientras miraba por la ventana.

—Félix— Masón me llamo.

—¿Qué sucede?— voltee a verlo.

—En verdad lamento haberte dicho lo de hace un momento— su voz se escuchaba quebrada.

—¿Por qué?, no pasa nada con que me lo cuentes.

—Es solo que aun estas procesando el hecho de que eres un licántropo y ahora tienes que procesar el que tu eres mi mate.

—No pasa nada Mason, el hecho de que sea un licántropo no tiene nada que ver con el hecho de que yo sea tu mate. Si bien se, los licántropos también tienen mates humanos— mantuve la vista hacia la ventana y él continuó manejando.

—Ya veo— susurró y guado silencio.

Al llegar al vecindario, fui el primero en bajar del auto y entre directamente hasta la habitación. Fui hasta el armario y saque la maleta, comencé a empacar todo de nuevo y cuando termine baje las escaleras con algo de dificultad. Mason se encontraba sentado en la sala y cuando me vio rápidamente caminó hasta mi —Adiós, Mason.

Caminé hacia la puerta, pero él me detiene tomando mi brazo —Espera, Félix— volteo a verlo —No puedes irte, ¿Qué pasara si tus padres regresan y no te encuentran?, Verónica podría matarme.

Me zafé de él —Ya lo decidí, regreso a Estados Unidos— abrí la puerta y salí de la casa.

—Querido Félix— escuche la voz de Serafina detrás de mí.

Me gire para poder verla, traía una maleta en su mano derecha y un bolso que combinaba con su atuendo en su mano izquierda —¿Qué haces aquí?— me acerque hasta donde se encontraba.

—Pues vine a verte. Veras, tu llamada me dejo intranquila, así que vine a ver que sucedía— suelta su maleta y pone su bolsa sobre ella. Se acerca a mi y me abraza —Veo que solo me jugaste una broma, pero estoy feliz por haber venido.

—Serafina, respecto a eso, regresare a Estados Unidos— mire mi maleta.

—Pero, ¿Por qué?— me mira decaída —Acabo de llegar y tú ya te vas.

—Serafina lo siento, pero tengo que alejarme de este lugar lo mas pronto posible—desvió mi mirada hacia Masón, quien se encontraba en la puerta de la casa. —¿Puedes llevarme al aeropuerto?.

—No tienes que hacer esto...

—Exacto, no tienes que hacer esto, porque iremos a hospedarnos al mejor hotel de la ciudad. Tú y yo solos— Serafina se posiciona en frente mío y me toma de la mano —Andando, iremos en mi auto— da media vuelta y se dirige a un auto color negro, toma sus llaves y mete su maleta y la mía dentro de la cajuela. —Nos vemos, chico guapo— entra en la parte del piloto y enciende el auto.

—Dile a Verónica que voy a quedarme con Serafina en el centro de la ciudad, que no se preocupe por mí, estaré bien— de igual forma, entre en la parte del copiloto y me abroche el cinturón de seguridad.

—No te preguntare nada ahora, pero tendrás que explicarme todo, una vez estando en el hotel.

—Serafina, ¿tu crees que sea posible la existencia de los licántropos?— pregunte esperando una respuesta, pero jamás llego. Ella siguió manejando sin despegar la vista del frente.

Gire a la derecha en la siguiente avenidala voz de Google maps era lo único que se escucho el resto del camino.

Al llegar al hotel cinco estrellas, en donde había hecho la reservación en una de las suites VIP, un hombre nos recibió en la entrada y nos llevó hasta la habitación en la que ella se hospedaría.

—En serio, despilfarras el dinero de tus padres. No era necesario reservar una habitación así de cara como esta y tampoco era necesario que vinieras.

—Claro que era necesario y esto no afecta en la economía de mis padres— entra a la habitación y comienza a escanearla rincón por rincón. —Para ser sinceros es la mejor habitación VIP que he visto, me alegra el haber venido— me mira y sonríe.

—Serafina, en serio esto no era necesario— agregue mientras la miraba.

—Claro que para ti no lo era, pero yo quería tomarme estas vacaciones. Incluso si tú no me hubieras hecho esa extraña llamada yo hubiera venido, me aburria en casa y quería viajar— se avienta al sillón —Quería pasar mis vacaciones de verano con mi mejor amigo ¿acaso no puedo?

—Claro que puedes— me acerqué hasta donde se encontraba sentada y me senté a su lado.

—Ahora me dirás lo que está pasando ¿Por qué de repente le dices Verónica a tu madre y por que quieres irte, así como así si tú amas venir?

MI OMEGA (En Proceso De Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora