CAPÍTULO 18

200 17 0
                                    

NARRADOR

DÍAS ANTES

—¿Cómo que Félix está aquí?— cuestionó el vampiro.

—No lo sé con certeza, uno de los informantes me dijo que el espíritu había vuelto de Estados Unidos.

—Pero ¿En serio estas seguro que se trata del verdadero Félix?

—Completamente.

—Retírate— el hombre que se encontraba de rodillas, se puso de pie y se marchó.

—Llamen a Eliza— dijo el vampiro a uno de los guardias del castillo. El hombre asintió y se desvaneció en el aire.

Una mujer hermosa, de ojos rojo sangre, de cabellos negros y de piel pálida entró por la puerta —¿Es verdad lo que dicen los rumores?

—Necesito averiguarlo por mi propia cuenta.

—Mi amado, ¿No es peligroso ir solo? Si en verdad ese chiquillo insolente volvió, nosotros nos encontramos en peligro de muerte.

—Lo sé, mi amada— se acercó a ella y le besó los labios —Es por eso que tengo que proteger a los nuestros.

—Supe que la hija de los Rise se volvió su mejor amiga— habló la mujer.

—¿En serio?— cuestionó y ella asintió —Esto será favorable para nosotros— tomó una copa de cristal y comenzó a verter un líquido espeso y rojizo dentro.

—Pero esa chica es una humana.

—No para siempre.

(…)

Los días transcurrieron, Félix volvió a la casa de su abuela y al anochecer Serafina tuvo que volver sola a su apartamento.

—Lleven el plan al pie de la letra, si algo sale mal todos ustedes morirán bajo mi espada— habló el vampiro.

—Si, señor— los hombres encapuchados asintieron y luego se desvanecieron en el aire para poder ir al encuentro de Serafina.

—Félix— habló Serafina —Tengo que irme— se acercó al chico y se despidió.

—Buena suerte en tu viaje— el chico se despidió y Serafina salió de la habitación, bajó las escaleras y salió de la casa.

Luego subió a su auto y comenzó a manejar —Que cansancio— dijo eso después de soltar un suspiro —En cuanto llegue al hotel pediré un café muy cargado y también tomaré una ducha— encendió el estéreo y reprodujo su música favorita —Todo esto es una locura.

Después de varios minutos la carretera se vació, ningún otro auto transitaba por la vialidad, pero en un instante un conductor se estampó contra el auto de Serafina. Ella se golpeó la cabeza con la ventanilla y perdió el conocimiento por varios segundos. En cuanto volvió en si, vio como varias personas vestidas de negro se acercaban a donde se encontraba ella —¿Qué… que pasa? — se cuestionó al mismo tiempo que bajó del auto con dificultad.

Su vista aún estaba nublada, pero podía sentir como esas personas querían hacerle daño. Por instinto comenzó a correr en dirección al bosque, ya que ahí tal vez estaría a salvo. Mientras corría rápido, pero no tanto, sacó su celular y comenzó a teclear un mensaje para Félix

MI OMEGA (En Proceso De Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora