CAPÍTULO 3

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Saboree la fragancia, inhale profundamente y me detuve —Esa fragancia es exquisita— le digo a Charlo quien se detiene y me mira.

—¿Qué aroma?— pregunta —Yo no huelo nada.

—Ese aroma a cítricos— inhalo nuevamente.

—No huelo nada— comienza a oler —Es tu imaginación, hermano— comienza a reír y continúa caminando —Andando hermano, quiero ir a comer algo— me toma del brazo y continuamos caminando.

—¿Qué quieres comer?— pregunté.

—No lo sé, tal vez un pollo frito— responde.

—Bueno, entonces comeremos pollo frito— caminamos sobre la banqueta y cuando llegamos al centro de la ciudad entramos a la primera tienda de comida que vimos.

—Ven hermano, tomémonos una foto— me jala. Comenzó a sonreír para que saliera bien.

Una mujer mayor se sentó frente a nosotros y comenzó una conversación —Que bien se ven juntos— sonrió. —En estos tiempos ya no se encuentran parejas como ustedes.

Charlo comenzó a reír a carcajadas —Siento desilusionarla, pero no somos lo que usted cree —me mira –Él es mi hermano mayor.

—Un gusto conocerla señora, me llamo Félix.

La mujer se tornó roja y se disculpó —Oh, en verdad lo siento. Creí que eran novios, a simple vista no parecen hermanos y por eso pensé que estaban juntos.

Bueno, creo que la mujer acertó al decir que no éramos hermanos. Mis padres tienen sus motivos para ocultarnos la verdad. —No se preocupe señora.

Ella sin decir palabra alguna, se levantó de la silla y se fue —¿Qué fue eso?— cuestiona Charlo, un poco molesta —pero si somos como dos gotas de agua— ríe.

Luego de un rato nos atendieron y comimos —Estoy lleno— exclame cuando termine de comer.

—Ahora vayamos al centro comercial a comprar algo de ropa y regresemos a casa— se pone de pie y se dirige a pagar —Yo invitaré la comida ¿está bien?

(...)

Salimos del restaurante y fuimos al centro comercial a hacer las largas compras que mi querida hermanita haría —Charlo, te comprare un vestido, pero yo lo elegiré— entramos a una de las tiendas y me puse a ver todos los vestidos.

—Bien, pero yo escogeré un oufit para ti.

—Esta bien— la vi perderse en el pasillo que conducía al área de caballeros.

Comencé a esculcar entre cada estante esperando encontrar el vestido indicado para ella —¿Algún modelo en específico?— una empleada llego a donde estaba.

—Si, hem estoy buscando un vestido para mi hermana, pero no encuentro ninguno que pueda gustarle— detengo mi búsqueda y la miro.

—Eh, tengo algunos modelos recientes— comienza caminar —Sígame, por favor.

Comencé a caminar detrás de ella y llegamos a otra área —Valla, todos estos modelos son perfectos para ella— busqué el adecuado.

—Tengo este modelo— sacó un vestido bellísimo color negro. —Está en otros colores, como rojo, azul, amarillo, rosa y gris.

Mire detrás de ella y vi uno puesto en uno de los maniquís, este era color rojo, con un escote hermoso y un poco largo —Ese— lo señale —¿Cree que se le vea bien?

—Por supuesto, ese es uno de los mejores y de igual forma está en color negro.

—Preferiría llevarlo en color rojo— agrego —llevare ese— Ella lo lleva hasta una de las cajas. Preferí darle una sorpresa, así que cuando ella llego al lugar acordado, ya tenia el vestido dentro de una bolsa.

—Listo hermanito, ya tengo el oufit adecuado para ti— me muestra una bolsa, en la cuál estaba dentro la ropa que ella me había comprado.

—Y yo el tuyo— comienzo a caminar —Regresemos a casa— salimos de la tienda y comenzamos a caminar y luego de un rato tomamos un taxi.

—Hermano, gracias por salir conmigo— agradece antes de llegar a la casa.

—No fue nada, la verdad comenzaba a aburrirme. Fue divertido— le doy una sonrisa.

—Deberíamos salir mas seguido— se notaba feliz, creo que esta es la primera vez que la veía de esta forma. Su mirada irradiaba felicidad y eso era lo único que me importaba.

Cuando llegamos a la casa, algunos de los chicos del vecindario estaban jugando fuera de sus casas —Mira, ahí están los "niños bobos"— la mire, pero su mirada se quedo tenue hacia una sola persona.

Miré en la misma dirección que ella y vi a un tipo alto y algo reservado, se encontraba cortando el césped o algo por el estilo, rápidamente entró a la casa y corrió a encerrarse a su habitación.

Entre a la casa detrás de ella y trate de alcanzarla, pero mi madre me detuvo en la entrada —¿A dónde fueron?— preguntó en un tono molesto.

—Fuimos al bazar a comprar ropa para Charlotte— respondí algo nervioso. Algo que odiaba era mentir y cada que decía una mentira se notaba a kilómetros.

—¿Puedo ver lo que compraron?— le estire la bolsa con el vestido que había comprado, lo saco y lo observo —¿Tu lo elegiste?— asentí —Es bellísimo.

—Es una sorpresa, guárdalo o podría verlo— devuelve el vestido a la bolsa y me la da de regreso —Voy a subir a descansar— me di la vuelta y subí las escaleras, luego entre a la habitación a dejar la bolsa con el vestido y fui a ver a mi adorada hermana menor.

Toque la puerta y segundos después ella la abrió —¿Qué quieres?— se notaba un poco molesta.

—Charlo, noté que miraste a uno de los niños bobos del vecindario— entre a su habitación sin permiso y me senté en el pequeño sillón que estaba al lado de la ventana —Dime, ¿Quién es el?

Cierra la puerta y se acerca a mi —Te diré, pero no le digas a nadie.

—Lo juro.

—Él es el hijo de los Weber— la miro confundido —Él es el chico que me gusta— suelta de golpe.

MI OMEGA (En Proceso De Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora