Hermosa ave de verano

Fidanzata

-Carvajal

Valentina dio media vuelta y se encontró con Juliana. Esbozó una enorme sonrisa y le abrazó con fuerza.

- ¡Hola! -estaba entusiasmada, sin motivo alguno. Le hacía ilusión ver a Juliana, saber que había ido a verla entrenar a pesar de no ser fan de las regatas, aún no se acostumbraba a verle por el club náutico y le hacía feliz tener a una amiga cerca-. ¿Te has aburrido mucho?

-En realidad me ha parecido bastante interesante -instintivamente besó el hombro de Valentina y sonrió-. No sé si eres buena o mala, pero me ha gustado mucho verte.

Sonrió y se separó del abrazo de su amiga lentamente. Valentina observó a Juliana detenidamente. Tenía una sonrisa adorable, de niña traviesa con esos hoyuelos y constantemente estaba arrugando una nariz de una manera encantadora. Sin darse cuenta, Valentina se quedó en silencio mirándole y Juliana reía nerviosa porque le aterraba tener a Valentina delante mirándole de esa manera.

- ¿Val?

Ella parpadeó y enfocó la mirada de Juliana en su cara. Asintió con la cabeza y rio.

-Perdona, me había quedado pensando. En fin, ¿quieres que vayamos a comer algo juntas? Me muero de hambre.

- ¿No tendrías que estar con tu novio o algo así?

-Luis está con sus amigos y bueno, yo tengo ganas de ir a comer por ahí con mi amiga -sonrió-. ¿Qué te parece si vamos a Mazunte? Llevo coche.

- ¿A Mazunte? ¿Es una cita? -bromeó, golpeándole con suavidad el hombro.

-Por supuesto que es una cita, Juls.

Valentina había dejado de ser coherente, otra vez.

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Lupe salió un momento de la cocina y se encontró con León, quien estaba comiendo junto a los hermanos y su mujer. Sonrió amablemente al verles.

- ¡Lupe! ¿Cómo estás? Este pollo está exquisito, felicidades -dijo León educadamente.

-Muy bien. Dentro de un rato tengo mi descanso para comer. Muchas gracias, me alegra que les guste -depositó su mirada en los hermanos y les sonrió.

- ¿Dónde está Juliana? -preguntó uno de ellos.

-Es una buena pregunta. No tengo la menor idea. ¿Le han visto por alguna parte?

-Le vi con Valentina -sonrió la mamá de Valentina-. Supongo que habrán ido a comer juntas. Luis, el novio de Valentina, está con sus amigos hoy, así que seguro que ha aprovechado para pasar una tarde de chicas con Juliana.

-Estoy segura -Lupe rio-. Me alegra mucho que sean tan amigas. Juliana necesitaba una amiga como ella y me alegra que la haya encontrado tan rápido.

-Nosotros creemos que Valentina también la necesitaba -dijo León, limpiándose la boca con una servilleta-. Todo era Luis y sus hermanos. Además Valentina aquí tiene rivales, no amigas o amigos. En la capital es donde se encuentran todos sus amigos de la facultad y luego están los de las regatas, que vienen cada año para las competiciones. Pero me alegra saber que Juliana y Valentina se lleven tan bien, y no sean rivales deportivas. Han tomado una confianza enorme en muy poco tiempo y estoy asombrado.

Lupe se limitó a asentir con la cabeza y suspiró felizmente.

-Las dos son grandes chicas.

Y justo después sonrió, pensando en lo que sabía, en los sentimientos de Juliana por Valentina y en lo mucho que le gustaría que ella pudiera corresponderle. Valentina era idónea para su hija.