-Carvajal.Valentina dio media vuelta y se enfrentó con la mirada de Vera. Ella sonreía ampliamente y las dos se abrazaron en modo de saludo.
-Demonios, Valentina. Apenas si nos hemos visto -le recordó Vera-. ¿Dónde te metes?
-He estado algo ocupada.
- ¿Luis?
-No. Estuve con Juliana. Luis está mucho tiempo en la ciudad, hablamos mucho por las noches, pero ya sabes, no es lo mismo.
Incluso Valentina sabía que ya no era lo mismo. Las conversaciones con Luis habían disminuido. Ya no lo echaba de menos como antes. No es que no lo quisiera, no es que no pensara que era atractivo o incluso le gustara, nada había cambiado, pero ahora estaba Juliana y parecía ser una fuerza superior a él desde ese momento.
-Son muy amigas, ¿no?
-Es mi mejor amiga. No me lo tomes a mal -rio Valentina-. Pero ya sabes, se ha trasladado aquí desde Texas y todas esas cosas y nos llevamos bien.
«Más que bien, en realidad».
-Lo entiendo. No te preocupes, Valentina -asintió Vera-. Parece que son muy unidas.
-Lo somos, la verdad -contestó-. La pasó bastante mal en Texas por una serie de cosas y, desde que me lo contó todo, pues no dejo de estar constantemente con ella. No sé, es muy buena chica.
A Valentina le brillaban los ojos de la admiración que sentía por Juliana. Porque sí, le admiraba. Pensaba que era una chica maravillosa, increíblemente fuerte después de todo lo que había vivido. Valentina no estaba segura de si ella habría sido igual de valiente.
Le enorgullecía saber que Juliana era su mejor amiga. Aunque incluso la palabra mejor amiga se quedaba corta cuando hablaba de ella.
-Me alegro por ti. Es bueno que tengas más amigos aquí. ¿Qué le pasó en Texas, si no es indiscreción?
-Se encontró con la gente equivocada -se limitó a decir-. Pero ahora está bien.
Vera solo asintió ante la respuesta, había notado que Valentina estaba siendo discreta con la vida de Juliana y que no iba a entrar en detalles con ella.
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Encontrarse en el muelle era una bonita tradición que a Juliana le recordó a esas escenas de las películas más románticas que su madre solía ver los domingos por la tarde. Juliana a veces las miraba con ella.
Se vieron, se abrazaron y rápidamente salieron de ahí. Algún toquecito por ahí en el hombro, una risa ahogada, una mirada y un roce furtivo de manos. Parecían novias en secreto, pero ni siquiera eran novias.
La madre de Juliana trabajaba hasta por la tarde y Juliana invitó a Valentina a su casa para comer con ella. Iban a cocinar algo de pasta y comerían helados mientras miraban la televisión, o hablaban. Ese era el plan que Juliana tenía para ellas dos y Valentina aceptó.
- ¿Te has dado cuenta de que no dejamos de estar juntas ni un solo momento?
Valentina sonrió al escuchar esa pregunta.
-Somos vecinas, ¿qué más quieres?
-Y mejores amigas -anotó Juliana, entrando en su casa y dejando la puerta abierta hasta que Valentina entró. Cerró la puerta justo después-. ¿Entonces pasta te parece bien?
-Me parece bien. No sabía que supieras cocinar, Juls.
Las dos caminaron hasta la cocina. Juliana le dedicó una sonrisa encantadora y le ofreció sentarse en la silla donde ella normalmente desayunaba.
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Hermosa ave de verano
FanfictionJuliana miraba con positividad su nueva vida. Le era imposible no hacerlo; al fin y al cabo, cualquier cosa sería mejor que su vida en su anterior ciudad. Los ojos oscuros de la chica brillaban cuando levantó su barbilla para mirar el cielo encapota...