Valentina recibió el mensaje cuando estaba en casa, cuidando de sus hermanos mientras sus padres estaban en el salón viendo la televisión.
Los hermanos solían pedirle a Valentina que jugara con ellos muy a menudo. Siempre acababa vestida como alguna estrella de rock o con alguna corona y se sentaba con ellos a manejar un supuesto carro.
— ¿Es Juliana? —Mateo preguntó, curioso.
— ¿Puedes decirle que venga?
—Sí, es Juliana, pero no puedo decirle que venga. Está enferma, pero se encuentra bien y me ha pedido que vaya a verla.
Valentina tenía una enorme sonrisa.
— ¿Qué le pasa? ¡Podemos traerle algo de té y que venga!
Valentina sonrió de nuevo y negó con la cabeza.
—No se preocupen. Le diré que han preguntado por ella y que le mandan muchos besos. Pronto vendrá a la casa. ¿Ok?
Los hermanos sonrieron y asintieron a la vez, dejando que su hermana se levantara y se fuera por la puerta sin decir nada más.
Valentina bajó las escaleras con las manos en sus bolsillos y antes de salir recordo que no había avisado a sus padres.
— ¡Me voy a casa de Juliana!
Y cerró la puerta detrás de su espalda.
En menos de cinco minutos desde que Juliana le había enviado el mensaje, ya estaba Valentina delante de la puerta de Juliana, tocando al timbre.
Cuando Juliana abrió la puerta, Valentina la abrazó y la empujó dentro de la casa, cerrando la puerta con el pie. Juliana le devolvió el abrazo, cerrando los ojos y quejándose adolorida, en un sonido casi imperceptible, cuando Valentina le abrazó con tal intensidad.
Juliana pudo escuchar el sonido de la risa de Valentina.
— Perdón. ¿Te abracé muy fuerte?
Juliana exhaló un suspiro cuando Valentina se alejó de ella y le miró a los ojos. Valentina enseguida se inclinó para darle un beso, pero Juliana, muy a su pesar rápidamente giró la cara.
Valentina frunció el ceño.
— ¿Juls?
Juliana cerró los ojos mientras comenzaba a negar con la cabeza. Arrugó su nariz, notando como se le enrojecía, símbolo de que iba a echarse a llorar otra vez.
— ¿Juliana? — Valentina trató de acercarse a ella, pero Juliana no dejaba de alejarse—. ¿Qué pasa? Me estás asustando.
— No sé cómo decirte esto — se llevó una mano a sus cabellos, peinándolos—. Pero me he dado cuenta... me he dado cuenta de que tú y yo no... — decidió enfrentar su mirada con los ojos de Valentina que le miraban ahogados en una inmensa confusión—. No va a funcionar...
— ¿De qué estás hablando? —Valentina preguntó casi en un susurro. Tenía un nudo en la garganta y el corazón le latía con tanta fuerza que creyó caerse al suelo en algún momento.
— Tú tienes a tu novio — murmuró Juliana, bajando la mirada—. Tienes tu familia. Tienes tus estudios y este deporte que tanto amas. Lo tienes todo. Sinceramente, no pinto en nada en tu vida. Al menos no como algo... más allá de una simple amistad.
— Juliana, no entiendo nada. ¿De qué me estás hablando? — Valentina trató de acercarse y acariciar el rostro de Juliana, pero al ver la distancia que la pelinegra había puesto se limitó a preguntar de nuevo.—. ¿No quieres estar conmigo?
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Hermosa ave de verano
FanfictionJuliana miraba con positividad su nueva vida. Le era imposible no hacerlo; al fin y al cabo, cualquier cosa sería mejor que su vida en su anterior ciudad. Los ojos oscuros de la chica brillaban cuando levantó su barbilla para mirar el cielo encapota...