Hermosa ave de verano

Royal cup

"¡Bienvenidos a la regata anual Huatulco Royal Cup! ¡Todos los regatistas ya están en sus puestos!"

Juliana estaba en el club náutico, observando el barco de Valentina desde la distancia. Tenía su capucha colocada a pesar de que sólo estaban cayendo cuatro pequeñas gotas de lluvia. Raquel y los hermnaos estaban con ella, mientras que León estaba con el resto del equipo, esperando en el muelle. Lucía también estaba a su lado, sin decir ninguna palabra, como siempre.

"¡Desde Huatulco, nuestra casa, tenemos a la embarcación favorita, liderada por su capitana: Valentina Carvajal!"

Toda la gente estaba vuelta loca con Valentina y muy orgullosa de ella, lo cual hizo que Juliana sonriera como una idiota y aplaudiera.

"¡Desde Texas, Estados Unidos, tenemos a otra de las embarcaciones favoritas, la eterna rival: Vera!

El speaker sabía cómo darle vida aquella regata. Juliana sentía como su corazón no dejaba de latir con fuerza y como, poco a poco, los nervios se apoderaban de ella.

"¡Desde Los Ángeles, Estados Unidos, también tenemos a una de las chicas que acabó en el pódium el año pasado! ¡Embarcación liderada por su joven promesa: Eva!

Lucía aplaudió, esbozando una enorme sonrisa.

El speaker continuó anunciando las embarcaciones hasta que decidió anunciar la salida.

"¡Serán noventa minutos de regata intensa con cuatro diferentes tramos! Recordamos que la fase eliminatoria  fue el pasado abril y en mayo, ahora estamos en la final y contamos con las tres favoritas del año pasado, ¡¿puede ponerse esto más interesante?! ¡Arrancamos en cinco!"

Juliana miró a Raquel, frunciendo los labios. Ella le regaló una sonrisa y acarició su hombro.

— ¿Hubo una fase... de qué?

—Claro, Juliana —Raquel rio—. Ya compitieron otras veces este año, hoy es la final. Por eso es tan importante para Valentina.

Juliana se sorprendió de que nunca hayan hablado de eso, ni Eva, ni Valentina.

"¡Cuatro!"

Justo después, ella miró a Lucía con detenimiento, y le devolvió la misma mirada. Se sonrieron mutuamente, algo ansiosas, y miraron al horizonte justo después.

"¡Tres!"

Juliana cerró los ojos y exhaló un suspiro.

"¡Dos!"

Notó enseguida como los hermanos le abrazaban los costados, pero no se movía. Se mantuvo con los ojos cerrados, y rezó todo lo que supo.

"¡Uno!"

Y un sonido que se pudo escuchar por todo Huatulco anunciando la salida. Juliana abrió los ojos y observó todo el revuelo que comenzaba a montarse a su alrededor. Habían televisores por todo el club náutico, ya que esa regata iba a ser retransmitida en los canales deportivos a nivel nacional y ella no sabía exactamente donde fijar su mirada.

"Comienza la regata a barlovento, es decir, contra el viento. ¡La salida ha sido espectacular y vemos que la embarcación de Estados Unidos liderada por Vera, va a la cabeza!"

Juliana gruñó y cerró el puño. El cielo se tornaba cada vez más negro y la lluvia cada vez se volvía más copiosa.

—Juliana, ¿puedes encargarte de los niños? Deberías irte al restaurante, podrás ver la regata desde ahí y así los tres no se mojan. Yo iré en un rato.