Hermosa ave de verano

Ojalá lo fuera

Juliana había esperado unos minutos en aquellos vestidores para reponerse y había salido del vestuario sin ser vista, tal y como quería. Los entrenamientos ya habían acabado -al menos los de Valentina, a quién se encontró al final del muelle, mirando a su alrededor, como si la estuviera buscando.

Juliana sonrió ligeramente y le saludó, moviendo la mano.

- Ey Juls - Valentina sonrió en cuanto la vio y se acercó a ella. Se le veía tan feliz. - ¿Te gustaría ir a dar una vuelta en barco después de que comamos? Hay una playa aquí cerca donde podríamos practicar snorkel si quieres, será divertido.

-No me siento muy bien, Valentina. Ahora mismo ir en barco me caerá fatal.

- ¿Qué tienes?

La cara de preocupación de Valentina provocaba en Juliana un sentimiento de culpa y lo único que quería era abrazarla en ese momento.

-Voy... voy a irme a mi casa. Voy a irme a descansar. Debe de ser que me cayó mal el desayuno...

-Oh ok -frunció el ceño-. Está bien. ¿Necesitas algo? Si quieres puedo acompañarte a tu casa o comprarte algo.

-No... luego... luego te llamo, ¿Si?

No le dio tiempo a responder. Juliana dio media vuelta y simplemente se fue. Alejándose del muelle con rapidez y aguantando sus lágrimas otra vez.

Le rompía el corazón ver a Valentina tan feliz y pensar que tal vez el motivo era ella.

Le rompía el corazón dejar a Valentina parada a medio muelle, quitándole la ilusión que tenía por aquel paseo en barco.

«Es por su bien», pensó Juliana, «Valentina tiene su vida y yo se la he puesto del revés. Lo he arruinado todo, como siempre.»

Rápidamente se secó una lágrima que le resbalaba por la mejilla y se dirigió hacia su casa.

Lo único que quería era alejarse de aquel lugar que la hacía tan feliz.

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"¿Que qué voy a hacer? Fácil. Voy a dejarle claro que tiene que apartarse de Valentina."

"Pero... Vera... ¿cómo lo vas a hacer?"

"Juliana y yo nos hemos coincidido varias veces en el pasado. Tenemos historia juntas. Me tiene miedo. Sé cómo hacer que me tenga miedo. Miedo de verdad."

Eva abrió los ojos y tragó saliva mientras estaba en un banco, sentada justo en frente de los barcos. No sabía bien en la que se había metido, ni con quiénes se estaba metiendo.

«Están locos»

- Eva...

Aquella chica se quitó los audífonos en cuanto vio a Valentina.

- ¿Valentina?

- ¿Te importa que me siente a tu lado?

Negó con la cabeza y Valentina se sentó al lado de Eva, relajando su espalda contra el respaldo del banco y observando el mar a través de sus gafas de sol.

- ¿Qué estabas escuchando?

-Música. ¿Dónde está Juliana?

-Se sentía un poco mal y se ha ido a casa -se encogió de hombros-. Quiere descansar, así que no voy a molestarla.

- Ah ya. Entiendo.

Eva frunció el ceño. Recordó que Juliana había estado bien durante el día, que hasta había estado bromeando con ella ¿cómo era posible que ahora se sintiera mal?