❝𝐏𝐨𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝐞𝐥𝐥𝐚❞

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Una de las cosas que me gustaba de ser amiga de Lily, era la facilidad en la que uno tiene para saber exactamente lo que ella estaba pensando o sintiendo.
Si algo la preocupaba o la tenía ansiosa, su rostro reflejaba aquella emoción. Si algo la entristecía, lo demostraba. Si algo le gustaba o estaba radiantemente feliz, su rostro también lo demostraba.
Y si algo la estaba molestando o irritando, su rostro lo demostraba como cualquier emoción.

Lily se encontraba irritada y lo sabía muy bien en la manera en cómo sus hombros estaban tensos y en cómo estaba apretando el dobladillo de su abrigo. Y bueno, quién no lo estaría si estuviera sentada frente de James Potter, el cual juraba que si miraba fijamente a Lily la podría enamorar perdidamente.

La pelirroja había comentado que le parecía guapo a James, y desde que subimos al carruaje, no le he quitado un ojo de encima. Sí, debo admitirlo, el chico es guapo, pero se encontraba en la misma categoría que el Mulciber el mosquito supremo, rey de los chupasangres y de los estúpidos.

Me pregunto que título le daré a James.

No, negué con la cabeza. Se supone que este año iba a ser diferente. Iba a cambiar no tan solo de estilo, sino que me comportaré mucho más madura y sofisticada, sí. Ya estoy en quinto año y debo comportarme como alguien de mi edad.

Aunque... no sé como se comporta alguien de mi edad.
Si lo pienso mejor, las chicas que tuvieron mi edad actuaban bobamente. Se preocupaban por su cabello y qué lápiz labial le queda mejor para que su chico especial se fijara en ellas.

A quién engaño, yo también actuó así.
El año pasado había empezado a usar algunos trucos para que mi cabello se viera más brillante y menos soso, solo para que Remus dijera: Oh, pero que belleza.
Sin embargo, lo único que recibí fue una burla por parte de Sirius el cuál dijo que ahora parecía un Poodle cuando aparecí con el cabello lleno de rizos.

Sinceramente una no puede intentar parecer guapa sin que Sirius aparezca y se burle de mi apariencia física, y la verdad es que me molesta. ¿No puede al menos actuar que tiene cerebro?

—¿Y que tal estuvo tus vacaciones? —Me preguntó Peter, el cual estaba sentado con una pierna sobre otra.

El camino hacia Hogwarts estaba repleto de piedras por lo que después de un buen rato de pie viendo con satisfacción cómo el mosquito de Mulciber se iba alejando, tomé la decisión de medio sentarme en el pequeño espacio que se hallaba al lado de Peter. No estaba en la mejor posición ya que gran parte de mi trasero se encontraba algo adolorido por el movimiento del viaje y por la incómoda posición en la que me encontraba. Si cuando llegue al castillo mi trasero aún no se duerme, entonces será un triunfo personal haber sobrevivido esto.

—Estuvo muy bien—Respondí mientras intentaba acomodar mi trasero, pero era difícil, no tenía espacio y ya estaba considerando en volver a ponerme de pie. Creo que preferiría caer de cara al suelo antes que perder la sensibilidad de mis nalgas —¿Y las tuyas?

—Oh—Sonrío ampliamente permitiendo que sus ojos brillasen—Estuvieron muy buenas. Mi papá fue a visitarme durante las vacaciones y fuimos acampar juntos, hasta estuvimos pescando, pero no se me da muy bien, pero al menos la pasé muy bien.

—Me alegro mucho, Peter—Le sonreí—¿No sueles pasar mucho tiempo con tu papá?

—No desde que se divorció de mi madre—Dijo al encogerse de hombros.

Cicatrices Invisibles | Remus Lupin [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora