⚠️[MPREG/OMEGAVERSE NO CONVENCIONAL/ANGST/CELOS/USO DE DROGAS/SMUT/NO LEER SI BUSCAS HISTORIAS ROMÁNTICAS Y DULCES]⚠️
Cuando recibió la noticia de su condición como omega recesivo fue sólo el inicio de su calvario y sus hermanos fueron sus principal...
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⚠️ ADVERTENCIA: SE TOCAN TEMAS DELICADOS Y LENGUAJE MUY FUERTE, POR FAVOR DISCRECIÓN O SIMPLEMENTE NO LEAN SI SON HIPER SENSIBLES ⚠️
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No podía creer lo que había hecho, para cuando recobró el conocimiento cayó en cuenta que había estado gritando el nombre de ese alfa mugroso en voz alta. Sanzu estaba que moría por dentro, no por haber tenido esa clase de pensamientos hacia ese alfa, sino porque si Mikey lo llegaba a saber era probable que lo termine cortando en pedazos.
—fue un error, uno que no volverá a suceder —dijo para si mismo, mientras tomaba una toallita desechable para poder limpiar su desastre. Aunque no saldría de su habitación, su celo fue repentino y si salía seguro sería atacado por algún alfa.
Era una desventaja el tener que ser omega y estar rodeado de alfas, todo el tiempo era un peligro constante el pasear por los pasillos con sigilo a la espera de que alguno de sus compañeros de organización pierda los estribos a causa de sus feromonas, las cuales no era capaz de controlar y podían llegar a salir de la nada. Aún así sus compañeros no eran tan idiotas para intentar atacarlo, ellos sabían perfectamente que si lo hacían ellos pasarían un mal rato; era un omega recesivo, era una condición genética más no una enfermedad que lo deje vulnerable, así que fácilmente podía llegar a defenderse muy bien. Sólo una vez se dio el lujo de permitirle a dos alfas el acercarse demasiado y pasar su celo con él, pero luego de ese encuentro no volvió a permitírselo a nadie más.
El olor de los otros alfas le causaba demasiado asco, sólo podía llegar a tolerar el de los Haitani y el de Takeomi, aunque esté ultimo tenía un olor todavía mas repulsivo que el de todos juntos.
Y hablando de Takeomi. Justo cuando Sanzu estaba terminando de limpiar su pequeño desastre, alguien llama a su puerta, y aquella persona parecía tener urgencia de verlo porque de golpe la puerta se abrió.
—Haru, el jefe quiere verte
Takeomi era el que abrió la puerta y entra con toda confianza a la habitación del de cabellos rosados, acto que fue desaprobado por el menor inmediatamente.
—hijo de puta ¡Ten la decencia de esperar que yo te diga cuando entrar! — exclamó Sanzu con molestia, tras ser encontrado con los boxers a mitad de sus piernas, y además con la cara completamente roja.