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Sanzu no quiere permanecer en la misma habitación que él, en parte porque sus feromonas lo estaban sofocando; si no tenía cuidado y mantenía su distancia, era probable que su celo nuevamente se adelante sin querer

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Sanzu no quiere permanecer en la misma habitación que él, en parte porque sus feromonas lo estaban sofocando; si no tenía cuidado y mantenía su distancia, era probable que su celo nuevamente se adelante sin querer.
El omega camina rápido, mantiene aquella expresión hostil para verse todavía más amenazante, sin embargo esto de loco le sirvió, porque Takemichi en vez de alejarse hace exactamente todo lo contrario.

- Sanzu... - lo llamó, pero el mencionado hace caso omiso. Lastima que como alfa recesivo no es capaz de dar una orden con su voz de mando.

- ¡Sanzu! - le llama alzando un poco su voz, ahora Takemichi camina más a prisa para intentar igualar la velocidad con la que el omega caminaba.

Esta vez se detiene en seco, y Takemichi casi se tropieza con sus propios pies al intentar detenerse al momento en que el más alto lo hace.

- maldición ¡¿Qué quieres de mí maldito mugroso de mierda?! - grita el más algo al darse la vuelta para encarar a su perseguidor.

Takemichi al estar otra vez frente a frente a Sanzu se paraliza, pese a que el más alto pertenece a una jerarquía "inferior" en teoría, aún así se siente extrañamente inquieto en su presencia. Es casi como si su cuerpo mismo le ordenara permanecer cerca, era una sensación que muy difícilmente podía ser descrita con palabras, pero se podría comparar a cuando algo dentro de su interior lo empujara y le obligue a caminar siempre en dirección hacia ese omega rebelde.

- yo... - Takemichi no sabía que decir, siendo Sanzu la persona frente a él tenía que cuidar y medir sus palabras para evitar hacerlo enfadar.

- Takemicchi, he regresado

En ese momento la expresión dura y fría como hielo de Sanzu se rompe, dando paso a una expresión más animada y alegre.

- ¡Rey! - exclama el omega con tanto entusiasmo, si fuese un perro estaría moviendo la cola y las orejas por la llegada de su amo.

Sanzu no lo piensa más de dos veces y corre a intentar abrazar al omega recién llegado, por supuesto Mikey no corresponde a ninguna muestra de afecto, de hecho empuja suavemente el cuerpo más alto de Sanzu para apartarlo de su camino.
Al más alto no le importa en lo más mínimo su reacción, sabía que era algo natural en él ser así, Mikey era perfecto tal y como estaba ante sus ojos.

𝓓𝓮́𝓯𝓮𝓬𝓽𝓾𝓮𝓾𝔁 - 𝓣𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓡𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora