Extra 1

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El noveno mes llegó casi sin darse cuenta, Sanzu en un abrir y cerrar de ojos sentía el nacimiento del bebé cada vez más inminentemente

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El noveno mes llegó casi sin darse cuenta, Sanzu en un abrir y cerrar de ojos sentía el nacimiento del bebé cada vez más inminentemente.
Sakura aún era muy dependiente de Sanzu, Takemichi por suerte sólo trabajaba medio tiempo y el resto del día se lo pasaba en casa atendiendo a su omega y bebé.

- Sanzu - Takemichi regresó de su larga travesía de la tienda de conveniencia - traje los pepinillos encurtidos que querías y las papas con sal

Takemichi notó que Sanzu y Mikey eran muy diferentes con respecto a sus embarazos; Manjiro era de comer muchas cosas dulces, como chocolatines, dorayakis, taiyakis, galletas y bebidas azucaradas. Sanzu era todo lo contrario, durante estos meses muy rara vez comía algo dulce, porque la mayor parte del tiempo sólo comía cosas como encurtidos, carne, papas fritas, y otro tipo de alimentos salados o ácidos.

- ¡Dámelas! ¡Tengo hambre! - gritó desde la sala.

En está última semana Sanzu tenía absolutamente prohibido el caminar mucho o cargar cosas pesadas, lo cual era sumamente estresante para el de cabellos rosas, ya que al ser un amante de la limpieza se sentía impotente de no poder limpiar el departamento cuando se ensuciaba.
Sakura en ese momento estaba siendo alimentada por Sanzu, la pequeña era sostenida entre los brazos del de cabellos rosas mientras tomaba directamente del pecho del omega. La pequeña llevaba ya una hora y media allí y Sanzu ya no sentía sus brazos de lo pesada que se había vuelto.

Takemichi dejó las compras al alcance de Sanzu, y tomó a la pequeña que al ser separada hizo una pequeña mueca de disgusto por ser interrumpida en su almuerzo.

- oh, lo siento pequeña - Takemichi besó la mejilla de su hija y la acomodó en su hombro para darle un par de palmaditas hasta escuchar un pequeño eructito.

- es una pequeña piraña - se quejó al acomodarse su camisa.

- sólo tiene un buen apetito y además está creciendo mucho - dijo alzando un poco a la bebé, quien comenzó a reír al sentirse en lo alto. - ¿Cómo te sientes?

- tu hijo me está volviendo loco - respondió con fastidio, y después acaricia su vientre; una mueca de dolor aparece en su rostro ya que el bebé no paraba de moverse, a estás alturas sus patadas y movimientos eran dolorosas e incómodas.

𝓓𝓮́𝓯𝓮𝓬𝓽𝓾𝓮𝓾𝔁 - 𝓣𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓡𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora