𝓓𝓮́𝓯𝓮𝓬𝓽𝓾𝓮𝓾𝔁 - 𝓣𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓡𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼

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El olor de Sanzu le parecía ligeramente diferente a como lo recordaba, era mucho más potente y dulce a decir verdad, pero no dejaba de ser un peligro potencial para los de su manada.
Sin embargo ¿Por qué no hacía el intento por defenderse? Conocía de años a este hombre, sabía bien su segundo género, y mejor que nadie conocía el potencial que tenía a la hora de pelear.

- ¿Qué pasa? ¿Te comió la lengua un gato? - preguntó con brusquedad buscando provocarle - ¿O será que ser mi sombra ya te ablandó?

- ... - ante sus amenazas no decía nada, ni siquiera separaba sus manos de su estómago, tan sólo le importaba mantener al cachorro a salvo. Pero para ser honestos, Draken estaba jugando con su paciencia, bajo otras circunstancias sin dudar se le habría echado encima y habría golpeado su cabeza hasta escuchar que algo se rompe, sólo que ahora tenía algo más importante.

- debo insistir - interrumpió Inui - no deberías acercarte - no dudó ni un poco en salir a defender a Sanzu.

- no quiero usar la voz - habló Draken al ver como el rubio se interpuso entre los dos - por favor necesito que te muevas

No obstante, Inui no obedeció, lo cual elevó aún más la tensión entre los tres.

- ¿¡Por qué defiendes a este asesino!? - exclamó Draken al ver la determinación en el de cicatriz.

- ¡Porque está esperando un bebé! - respondió en un grito, el cual fue tan fuerte que incluso los vecinos no dudaron en abrir ligeramente las puertas de sus departamentos para ver el alboroto.

Sanzu sólo no sabía a dónde mirar, de pronto tenía muchos ojos encima de él y varios murmullos a sus espaldas. Draken estaba tan sorprendido que incluso tuvo que mirar dos veces el rostro de Inui, buscaba algún indicio de que el omega más serio del mundo no le estuviera jugando una broma pesada.

- ¿...Qué?