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- es tan cálida - murmuró Mikey al tocar la mejilla de su recién nacida

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- es tan cálida - murmuró Mikey al tocar la mejilla de su recién nacida.

La bebé no hacía más que apretar sus pequeñas manitas y ojitos al sentir que su sueño era interrumpido. Aunque de todos modos, la bebé terminó llorando a todo pulmón, fue allí cuando el invencible Mikey entró en pánico al creer que dañó al bebé.

- espera - Mikey se tensó al tener al bebé llorando y retorcerse entre sus brazos - creo que la rompí - dijo nervioso y asustado.

- quizá tiene hambre - sugirió Takemichi, quien estaba enumerando las cosas que había traído para el bebé.

- hambre... - ahora estaba más nervioso todavía, sabía bien lo que tenía que hacer, había visto a muchos omegas y betas femeninos hacerlo antes, no debería ser tan difícil.
Se sentía inquieto con cada llanto del bebé, incluso su bata se comenzó a humedecer debido a las subidas de leche.

- déjame ayudarte - el azabache dejó lo que estaba haciendo al ver a Mikey en problemas, así que con mucho cuidado fue desatando la bata para que así pudiera sentirse libre de alimentar al bebé. - ¿Quieres que llame a una enfermera? Podemos pedir que le den fórmula hasta que te sientas listo

Pero Mikey no lo escuchó, tan sólo se dejó llevar por el instinto que le decía que debía acercar la carita del bebé cerca de su pecho. El bebé sabía exactamente lo que debería hacer, así que al sentir el leve aroma de leche materna dejó de llorar, y sola se aferró a uno de los pezones del omega para comenzar a alimentarse.
Mikey se estremeció un poco, su pecho era sensible todavía y al no estar acostumbrado le hacía sentir muy raro; el bebé se aferraba con sus pequeñas manitas a la bata de su progenitor, mientras el de cabellos claros miraba fijamente como el bebé se alimentaba, o más bien se aseguraba de que realmente se estuviera alimentando.

Entonces, Sakura al sentir la mirada de su progenitor tomó la fuerza para abrir sus ojitos, el momento fue por un instante así que Takemichi no fue capaz de mirar a tiempo el hermoso color negro que escondían sus pequeños párpados, pero Mikey sintió una pequeña lágrima traicionera rodando por su mejilla al ver esos ojos.

𝓓𝓮́𝓯𝓮𝓬𝓽𝓾𝓮𝓾𝔁 - 𝓣𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓡𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora