25

778 144 8
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mikey pasó toda la mañana encerrado en el baño, lo cual preocupó tanto a Takemichi como a los demás miembros de Bonten

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mikey pasó toda la mañana encerrado en el baño, lo cual preocupó tanto a Takemichi como a los demás miembros de Bonten.
El jefe no solía enfermarse pese a su estado demacrado de los últimos años; es posible que tuviera bajo peso y fatiga por las noches de desvelo, pero nunca antes se había enfermado a ese grado.

Aún así se negó a ver a un doctor, confiaba en que era algo pasajero y se iría solo con los días. Pero no hay peor ciego que quién no quiere ver.

Ya tenía una sospecha de lo que podría tener, sin embargo quería negarlo muy a pesar de que fue él mismo quien lo planeó todo. Mikey se tocó el abdomen y se sentó sobre la tapa del retrete, desde hace un par de días que el malestar no se iba, sino que por el contrario iba cada vez más en aumento.
Todas las mañanas despertaba y lo primero que hacía era emprender una carrera hacia el baño, y dependiendo de su cena de la noche anterior ese sería el tiempo que pasaría encerrado hasta vaciar su estómago. La noche anterior cenó pasta a la boloñesa, y al día siguiente estuvo devolviendo el estómago dentro del baño como por 20 minutos.

Durante una reunión importante Mikey se quedó completamente dormido pese a ser las 2 de la tarde; nadie prestó atención a ese síntoma, porque era bien sabido que Mikey solía dormirse después se comer o antes de comer, así que nadie pudo haber adivinado que no estaba durmiendo por pereza sino por fatiga. Últimamente se cansaba más rápido sin siquiera haber hecho grandes esfuerzos; si permanecía de pie un par de minutos comenzaría a cansarse al punto de dormir de pie.

Sanzu también comenzó a notar un comportamiento todavía más inusual. Podías saber mucho de un alfa u omega con sólo oler sus feromonas, las de Mikey últimamente eran más empalagosas de lo habitual.
El rey siempre tuvo un aroma dulce característico del omega dominante, sin embargo el aroma que emanaba de Manjiro era prácticamente una bomba de azúcar, como el que tendría un omega gestante.
Haru no fue el único que sospechaba, Takemichi tampoco era tanto, por supuesto que después de ese susto de hace unos días ejerció presión en Mikey para que viera a un doctor, encontrándose con el inconveniente de que había rechazado ver doctores o someterse a estudios.

El otro día, mientras dormían Mikey despertó a Takemichi a las 3 de la madrugada, y la petición que tuvo fue muy desconcertante para él.

- dame tu ropa - ordenó medio dormido el de cabellos claros.

𝓓𝓮́𝓯𝓮𝓬𝓽𝓾𝓮𝓾𝔁 - 𝓣𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓡𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora