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Ni la droga más fuerte era suficiente para hacerle olvidar las sombras del pasado, esos fantasmas con los que terminó cargando a lo largo de los años

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Ni la droga más fuerte era suficiente para hacerle olvidar las sombras del pasado, esos fantasmas con los que terminó cargando a lo largo de los años.
Primero estaba ese alfa al que llamaba capitán, hubo un tiempo en que pensó que ese hombre sería la persona que su destino había guardado para él. No fue más que una ilusión, el alfa del que creyó que se enamoró terminaría siendo un traidor.

En aquel entonces estaba dispuesto a perdonar su error, pero no fue hasta que Mikey dió la orden que lo cambiaría todo. Nunca lo mencionó ni tampoco lo demostró, pero hoy en día aún se lamentaba su muerte, la cual había sido en parte su detonante para comenzar su adicción a las drogas y todo tipo de sustancias; entre más fuertes mucho mejor, así sentía que por un momento podía olvidar ese momento en que la hoja de su katana atravesó el pecho del alfa que por un tiempo amó y que luego repudió por traidor.
También estaban aquellos que asesinó después de él, todos ratas traidoras que no merecían ni siquiera respirar el mismo aire que Mikey, pero que aún así era torturado casi a diario por sus fantasmas.

Hace ya un tiempo que no había tocado ni una sustancia, aunque no por eso su cuerpo estaba limpio, pero es porque había encontrado una droga mucho más fuerte que no es posible encontrar en el mercado negro. Un elíxir que le brindaba alivio cada vez que pensaba en él, pero que por desgracia se volvió a su vez el fruto prohibido.
Amaba a ese alfa, lo amaba con locura y realmente quería hacerle caso al destino, pero también había algo que lo detenía de hacerlo.

- Sanzu ¿Puedes decirle a la de servicio que me traiga más melón? - Mikey habló desde la cama, sacando al de cabellos rosados de sus pensamientos.

- enseguida - respondió con toda naturalidad, y después caminó hacia la cocina del edificio.

Ese alguien que lo detenía era la misma persona a la que le debía lealtad, era un dilema en el que vivía constantemente, porque no sólo Mikey lo estaba deteniendo, la cosa en su vientre también lo hace.

- si ese niño no existiera todo sería mucho más fácil - murmuró para sus adentros.

Sí, eventualmente comenzó a sentir un gran rechazo hacia ese niño en el vientre de Mikey. Desde un inicio siempre se mostró en contra de su concepción, y aún a la fecha su idea no había cambiado en lo más mínimo.
La situación en la que ahora estaba le hacía recordar viejas memorias, sobre todo cuando tuvo que prácticamente criar a un cachorro él solo siendo apenas un niño.

𝓓𝓮́𝓯𝓮𝓬𝓽𝓾𝓮𝓾𝔁 - 𝓣𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓡𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora