42

606 113 11
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- esto es un asco - dijo para si mismo al verse de nuevo forzado a permanecer cerca del inodoro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- esto es un asco - dijo para si mismo al verse de nuevo forzado a permanecer cerca del inodoro.

Había algo que en definitiva no era disfrutable de un embarazo, esa eran los vomitos matutinos, los que se habían vuelto ya su nueva rutina de las mañanas y era peor si Inui estaba cocinando el desayuno.

- oye - el rubio tocó a la puerta - también necesito usar el baño - dijo en un tono molesto - algunos debemos trabajar

- ¡Espera un puto momento! - exclama el otro omega desde el otro lado de la puerta.

Después de unos minutos más de indecisión, en el que no sabía si lo que sentía eran ganas de vomitar o sólo náuseas, finalmente salió del baño aunque no de un mejor humor.
Inui al ver la cara de pocos amigos del omega decidió entrar al baño en silencio, algo le decía que era mejor no decir nada por su propia supervivencia.

Convivir con otro omega no era tan difícil, lidiar con uno embarazado era algo de cuidado, en especial si ese omega fue un yakuza.

Sanzu sólo caminó a la cocina para buscar algo de comer, incluso si era sólo algo ligero no importaba, no iba a matarse de hambre tan sólo porque su cuerpo se estaba adaptando para darle cabida a ese niño que comenzaba a formarse.
Sólo un poco de pan tostado era lo único que su cuerpo parecía poder tolerar; solamente suspiró con pesadez mientras termina de comer, ni siquiera se molestó en ponerle algo encima como una mermelada, realmente a esas alturas incluso el dulce le estaba causando ascos.

- oye - Inui le llamó - debo irme a trabajar ¿Estarás bien por tu cuenta?

- sólo vete - respondió sin mirarlo. Realmente ni siquiera él mismo soportaba su mal genio, era algo que le costaba mucho controlar ahora.

Inui comprendió y sólo salió del departamento dejando solo al omega. Al mismo tiempo Sanzu dejó lo que estaba haciendo, regresó a la habitación y buscó entre sus pertenencias una camisa que no era suya; la tomó entre sus manos y la acercó a su rostro, si se enfocaba lo suficiente sería capaz de sentir la fragancia del alfa, aquello era más que suficiente para calmar sus malestares y sentir algo de protección.
Los omegas suelen sentir mucha dependencia de sus parejas en esta etapa, Sanzu mintió al decir que no la tenía, en realidad la estaba reprimiendo y esto era lo único que aliviaba esa ansiedad que sentía.

𝓓𝓮́𝓯𝓮𝓬𝓽𝓾𝓮𝓾𝔁 - 𝓣𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓡𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora