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- Takemicchi

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- Takemicchi... Aún tengo náuseas - se quejó el de cabellos claros, que se negaba a alejarse del inodoro por temor a vomitar de nuevo.

Desde la noticia del embarazo en ésto se había reducido la rutina de Mikey; apenas despertar tenía que emprender una lucha hacia el baño, después tratar de desayunar las únicas cosa que su cuerpo no rechazaba, el cereal con leche o el pan con algo de mantequilla.
Al mediodía las cosas eran más calmadas, pero nuevamente tenía que emprender una huida al baño si hay algún olor asqueroso en el aire. Debido a la sensibilidad de Mikey, los Haitani habían dejado de usar agua de colonia ya que les había dicho que el olor era simplemente asqueroso y no podía soportarlo.

Takeomi y los otros tampoco usaban ningún tipo de perfume, ya que Mikey argumentaba que el olor del perfume con sus feromonas mezcladas eran más de lo que su nariz podía soportar.

Takemichi varias veces tuvo que quedarse con Mikey para acariciar su espalda, mientras esté devolvía el estómago.
Según el doctor, era un síntoma muy común en el embarazo, y en un par de semanas debería disminuir.

Ahora mismo Mikey dormía, después de haber pasado la mitad de la noche en el baño luego de haber devuelto el estómago y tener paranoia de tener que regresar al inodoro. Takemichi estaba sentado a la orilla de la cama, tan sólo observando mientras el omega descansaba de forma apacible.

Llegó a sentir amor por él, quizá había perdido la cordura en algún punto de su encierro aquí, pero si hubiera querido escapar ya lo habría hecho y sólo por Mikey decidió renunciar a esa posibilidad. No pudo resistir el subir su camisa y acariciar el abdomen del omega; el la zona de su vientre ya se podía sentir un poco abultado, aquí era donde su hijo crecía.

- Nh... - Mikey se quejó, pero no por nauseas, parecía incómodo por un mal sueño.- no te vayas...

Takemichi detuvo su mano, nota como la de Mikey parecía estar buscando algo, así que acercó la mano a la del omega y ambos entrelazaron sus dedos.
Una lágrima recorría la mejilla de Mikey, ahora que lo pensaba, solamente una vez llegó a verlo llorar.

- Kenchin... No te vayas...- susurró inquieto.

Y fue por ese nombre que lloró, Takemichi apartó su mano y sólo acaricia su cabeza. Nunca podrá reemplazarlo, nunca podrá ser como Draken ni mucho menos hacerle sentir como ese alfa llegó a hacerlo sentir.

𝓓𝓮́𝓯𝓮𝓬𝓽𝓾𝓮𝓾𝔁 - 𝓣𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓡𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora