PoV ~ROSELLE~
Aquella mañana, decidí hacer una parada en uno de los espacios más intrigantes del Santuario y es que el cementerio, con todo y su aparente significado, era un sitio con bastante fuerza por todas las memorias que guardaba recelosamente.
Hacía unas cuantas semanas, había plantado una rosa amarilla con la esperanza que se convirtiera en un rosal igual al que estaba en los jardines del internado y en donde reposaba el anciano del puerto. Puede que no fuera de gran importancia, pero muy en el fondo, sentía la necesidad de hacerlo y rendirle al anciano un homenaje digno de lo que siempre debió tener pero nunca logró ver.
Al menos así, su presencia en el Santuario iría más allá de mis memorias y podría tener un lugar dentro de los terrenos que debieron corresponderle. Ya había pasado poco más de un año de su muerte y no existía día en donde no pensara en él y le agradeciera por haberme abierto los caminos a la aventura de mi vida y en ese sentido, más que ofrecerle una tumba, lo mejor que podría hacer en su memoria era vivir y luchar por el bien del mundo, dar lo mejor de mi para lograr convertirme en caballero... se lo había jurado y lo cumpliría hasta con mi último aliento.
Pero no estaba sola.
Aaron y James me acompañaban esa mañana y Toffy permanecía a mi lado. Susurré mis últimas oraciones en memoria de mi primer mentor para después, levantarme y caminar hacia mis amigos. Mi maestro ya me estaba esperando, había llegado el momento de irme una vez más.—¿Es inútil que te siga insistiendo, ¿verdad?
—Sabes que si. Esta y todas las veces en las que tenga que partir.
Es mi deber James, así como el de ustedes es quedarse aquí.
—Insisto en que las cosas son diferentes... y después de lo de la última vez...
—No volverá a pasar. Me he vuelto mas fuerte, puedo con ello.
—¿Pero quién nos puede asegurar de que no pasará nada?
—Yo lo hago. ¿Qué no te basta con mi palabra?
—Sólo temo por ti, ¿si?
—Y lo entiendo, pero las cosas son diferentes ahora, y ustedes lo saben tan bien como yo.Aaron guardaba silencio, pero esperaba con todo el corazón que dijera algo. Aunque también entendía por qué no hablaba... Obviamente él tampoco quería que me fuera, pero sabía tan bien como yo era inevitable y que estaba en el lugar correcto. Además, decir algo sería entrar en discusión con James y ninguno de los tres necesitábamos de eso.
Mis amigos ayudaron con mis maletas y así, nos encaminamos hacia los límites del Santuario alcanzando un bello amanecer.
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Por más sorprendente que parezca, Camus accedió a que Aaron y James nos acompañaran hasta las afueras de Rodorio, incluido el lugar en donde la última vez tomamos el autobús que nos llevaría al puerto más cercano. Sin embargo, mis amigos no eran nuestra única compañía, Milo caminaba al lado de Camus, charlando de cosas que yo no lograba entender, pero supongo que al igual que conmigo, sólo estaba prolongando el tiempo.
Aaron, James y yo íbamos unos cuantos metros atrás, riendo, charlando y jugueteando como cuando éramos pequeños, y habríamos hecho más si no hubiéramos tenido la compañía de Bartok. Su presencia era extraña, pero tal vez Milo no podía dejarlo sólo así que pensó que sería una buena idea traerlo consigo.
James:
—Aún estoy molesto de que no pudiéramos disfrazarnos.Aaron:
—Tal vez para el próximo año.Roselle:
—Y si logras conseguir las capas...James:
—No hay mayor problema en eso, recuerda que somos asquerosamente ricos.Bartok:
—Bien por ustedes niñatos.Aaron:
—Recuerda que te soportamos por respeto a ellos, de otra forma...
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Corazón De Hielo, Voluntad De Hierro 《Camus De Acuario》
FanfictionHan pasado casi 250 años desde la última Guerra Santa y los Caballeros de Athena se han vuelto sólo mitos y leyendas. Desde entonces, todos los guerreros de la esperanza fueron desapareciendo rápidamente hasta no quedar ninguno en existencia. La pre...