...Capítulo 5: Un adiós inexplicable...

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PoV Narrador Omnipresente

....Noche 12....

Era una noche de lunes a punto de transformarse en martes. Exactamente las 11:45 pm era la hora que marcaban los relojes.
Roselle se aproximaba como una sombra hacia el muelle tal cual lo había hecho últimamente.
En su mochila llevaba leche y algunos panecillos.

Desde que había estado recibiendo la tutoría del anciano su perspectiva de ver las cosas cambio.
Sentía que todo era real, que en verdad alguna vez ellos existieron.
Ella creía en todo y lo que más deseaba era seguir aprendiendo.
Al llegar a su destino, encontró al anciano sentado en el muelle con los párpados abajo.
Cautelosamente se acercó hacia él para tomar asientos su lado.

—Estoy lista para la clase de hoy
Traje panecillos, leche y unos cuantos...
—Tu no deberías estar aqui.

Interrumpió el anciano con voz fria y cortante.
Roselle se desconcertó.

—¿Qué? ¿Por qué?
—Porque ya no tienes a nada que venir conmigo
Ya te lo he enseñado todo.
Todo lo que sé, todo lo que tu necesitabas saber, todo en lo que pude ayudarte ya lo hice.
No tengo nada más que enseñarte.
Ya no puedo ayudarte.
—Pero.. ¡No! No es verdad...
Está equibocado
Aún faltan muchas cosas, muchas dudas.
No puede hacerme esto...
—Sé que aún te falta mucho por aprender pero eso ya no me corresponde a mi.
Tendrás que aprenderlo en otro sitio, con otras personas, muy lejos de aquí.
—No lo entiendo...
¿Por qué no quiere continuar enseñandome?
¿Hice algo malo? ¿Algo que le disgustara?
—En lo absoluto.
No has hecho nada más que escuchar las palabras de este pobre viejo lo cual agradezco
Al menos me queda el consuelo de que lo que hice no será en vano.
—¿Por qué en vano? ¿A qué se refiere?
—Me refiero, a que esta será la última vez que hablemos, en la que vas a poder verme y en la que yo podré escuchar tu voz.
—En serio ya me está preocupando..
¿A qué se refiere con todo esto?
¡Por favor expliquemelo!
—¡¡No puedo niña, entiendelo!!

El anciano sonó tan exasperado que asustó a Roselle al levantar la voz.
La ojiazul estaba a punto de derramar lágrimas y su voz comenzaba a quebrarse por el molesto nudo en su garganta.
No comprendía las razones pero no había justificación suficiente como para que el anciano le hiciera eso.

El anciano sintió la tristeza en Roselle y al mismo tiempo el se sintió triste.
Le había tomado un cierto cariño a esa niña.
Había visto su futuro y sabía que habría cosas buenas en el.
El anciano respiro profundamente tratando de tranquilizarse.

—Mi misión ya ha concluido y es momento de retirarme
Quiero descansar después de tantos años ¿sabes?
Sé que esto te hiere pero no debes de sentirte triste ni preocuparte.
Muy pronto, alguien llegará a tu vida para terminar lo que yo empecé.
Pero en lo que ese momento llega..
Ven, acercate niña.

Roselle al borde de las lágrimas obedeció al anciando quien tenía la mano derecha levantada.
Roselle percibió un halo de luz rodear la palma del hombre
Creyó que era su imaginación.

Antes de que ella pudiera pensar en otra cosa, el anciano colocó su dedo pulgar en la frente de Roselle lo cual le provocó un fuerte dolor con un ardor de los mil demonios
Con cada segundo que permanecía así, Roselle sentía que su frente se quemaba con ácido o fuego.

La chica gritaba de dolor y desesperación mientras el anciano seguía serio y tranquilo.
Así pasaron unos cuantos segundos más antes de que la chica pudiera pedir clemencia.
El anciano retiro su pulgar de la frente de Roselle dejándola con un dolor de cabeza insoportable.
Ella se tocaba la frente esperando una punzada de dolor o sentir su piel quemada pero sorprendentemente, nada de eso pasó.

Corazón De Hielo, Voluntad De Hierro 《Camus De Acuario》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora