Corazón De Hielo, Voluntad De Hierro 《Camus De Acuario》

...Capítulo 68: Cruda moral...

PoV ~CAMUS~

No pude dormir, por más que lo intenté, ¿y realmente cómo sería posible dormir después de lo que pasó?
No, simplemente el descanso no era una opción esa noche.

El agua se había enfriado, pero no causaba mayor problema, no como la situación tan devastadora en la que me encuentro. ¿Cómo dejé que pasara? Tanto tiempo resistiéndome para que todo se desatara en un momento de debilidad, ¿pero de verdad eso era debilidad, o por el contrario, era una muestra de verdadera fortaleza? ¿Sería la señal que tanto esperaba que el universo me diera?

Si eso aconteció, fue por un motivo. Por supuesto, su embriaguez, o puede que no fuera eso...
Todo era muy confuso aunque, por otro lado, resultó bastante satisfactorio y lo deseaba demasiado; tal vez... no debía resistirme.

Las horas se me fueron reprendiéndome por mis actos, pero rememorando cada segundo en que la sentí tan cerca y que me permití experimentar sensaciones tan placenteras como abrumadoras. Tocaba mis labios constantemente, sintiendo como palpitaban junto con otras zonas de mi cuerpo impidiéndome olvidar un solo segundo; aún sentía espasmos en los músculos y la piel erizada, pero lo disfrutaba enormemente.

Por mucho tiempo, llegué a pensar que el primer beso que me dio en Siberia fue una mera coincidencia, un momento desafortunado provocado por alguna jugarreta del destino y aunque no negaba mi gusto hacia aquella acción, no podía evitar pensar en que ese beso no era dirigido a mí, sino a alguien más. 
La idea me causaba rabia y había decidido ignorarla por mi propia salud mental, pero después de anoche... por fin tenía la certeza para descartar mis absurdas suposiciones. 

Ella misma lo hizo, lo dijo, me miró a los ojos cuando todo pasó y era yo en quien pensaba. No podía evitar curvar mis labios al ser plenamente consciente de la verdad, una en la que Roselle sentía amor y deseo y yo... yo era el peor de los ciegos al no querer ver lo evidente, aquello que estuvo siempre frente a mí y que yo negaba con tanta insistencia; pero me quería, en realidad me quería del mismo modo en el que yo la quiero a ella.

Solté un sonido gutural parecido a una burla hacia mí mismo, ¿cómo llegamos hasta aquí?
La vida de verdad tenía designios extraños, incluso para aquellos que la hemos vivido más de una vez, porque cuando pensamos que conocemos todo de ella, nos da sorpresas inesperadas a las cuales tenemos que enfrentarnos o aprender a sobrellevar. 

Cerré los ojos y me deslicé entre las aguas, sumergiéndome completamente en ellas y en mi mente, apareció un escenario que me transportaba al pasado.

El sol apenas y brillaba cuando llegamos a ese internado. Mu explicaba al guardia y a cada persona de autoridad la cuartada que habíamos ideado para justificar nuestra presencia.
Nos llevaron por un recorrido fugaz a las instalaciones más próximas de la entrada principal hasta que llegamos a un patio de juegos, en donde niños pequeños se acercaban a nosotros queriendo jugar.

Estaba distraído, analizando los alrededores, preguntándome el por qué aquel sitio se sentía extraño e inquietante. No podía sacarme de la cabeza lo que la noche anterior habíamos percibido y me había propuesto encontrar la fuente de ese destello de poder para comprobar si era uno de los objetivos de nuestra misión.

Entonces, llega el momento en donde todo cambió.
Veo una maraña de largo pelo castaño entre la multitud, una que destaca por el ruido causado del derramamiento de agua que se esparce a sus pies. Reprimo la irritación que me sale naturalmente ante tal torpeza y como era de esperarse, es inevitable que la atención de los presentes se enfocara en ella. 

Pronto, unos ojos claros y avergonzados se encuentran con los míos, y me dejan petrificado. Son de un color de lo más extraordinario, un azul nítido y cándido, y durante un momento horrible me siento como si pudieran ver a través de mí; me siento expuesto. La idea me resulta tan inquietante que la borro inmediatamente de mi cabeza.