...Capítulo 62: Culpas liberadas...

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PoV ~CAMUS~

....Dos meses después....

La crudeza del invierno había llegado y los vientos gélidos eran perfectos para los distintos desafíos que le imponía a Roselle.
Había prosperado de formas espectaculares, tanto en su resistencia como en condición física, y qué decir de su control sobre la cosmo energía, cada día obtiene una mayor capacidad para dominar su propio poder.

Era sorprendente cómo pudo vencer las adversidades que se le presentaron, diferenciándose abismalmente con la chica que llegó por primera vez a Siberia hacía un año. No se menospreciaba, no se daba por vencida, simplemente no se dejaba caer por ningún motivo, y eso me agradaba porque a fin de cuentas, estaba siendo parte y testigo de su crecimiento y evolución como persona, de su madurez, y por ello, no pude sentirme más honrado, complacido y orgulloso.

Pero también hay cosas con respecto a su avance que me mantienen en una constante interrogante y que de cierta manera, no me permiten estar tranquilo, y todo empezó el día en el que se introdujo en mi mente por primera vez; aunque siendo sincero, ella siempre ha estado en mi mente de múltiples formas.

Su práctica en las artes del subconsciente se tornó recurrente por alguna razón que desconozco, aunque se notaba su fascinación por el establecimiento de canales de comunicación y poder canalizar su cosmos en ese ámbito. Hasta ahí todo estaba bien, pero el problema surgía en su peculiar forma de invadir las mentes o mejor dicho, mi mente.

Como le expliqué, cada individuo tiene distintas formas de percibir las cosas según sus características o niveles de comprensión; ella misma lo experimentó al haber sentido garras en lugar de un aire gélido, pero lo que yo sentí...
Roselle me había confesado haberse visualizado como neblina, pero en mi cabeza era todo menos eso.

La sentí a ella, sus manos acariciar mi rostro, mi cuello, jugar con mi cabello, bajando lentamente hacia mis brazos y mi abdomen, recorriendo mis piernas con delicadeza mientras escuchaba finamente su voz tararear alguna canción; su aroma y calidez eran tan fuertes que perdí todo sentido, quedando completamente hipnotizado por un deseo que llevo reprimiendo más de lo que me gustaría reconocer.

Fue una percepción que me paralizó y me dejó completamente a su voluntad, cosa que nunca antes había pasado en ningún sentido y ese era justamente el límite al que no quería llegar, aquel que involucraba reconocer que tengo una debilidad hacia Roselle y que cada que la veo, me siento fuertemente atraido por su presencia y seducido por su esencia.

La anhelaba con desesperación, quería pertenecerle y demostrarle mi devoción con palabras y acciones; pero no podía ni siquiera admitir en voz alta que estaba enamorado, o al menos ese es el concepto que más se aproxima a lo que siento, porque una palabra limita tantas cosas que Roselle me provoca con sólo una mirada y tengo que emplear toda mi fuerza de voluntad para no cometer ninguna estupidez.

Su aire congelado me devolvió a la realidad, sacándome de aquella fantasía a la que no tenía permitido sumergirme por mucho tiempo.
Apenas y rozó mi brazo, pero su ataque poseía fuerza, un buen golpe para una principiante.

—¡Necesitarás más que eso si quieres congelarme!

Le grité a la nada.
Entonces, entre la ventisca, distinguí a la distancia la silueta de Roselle, aterrizando en uno de los pilares de hielo creados por mi para esa ocacion en especial.

—¡No quiero congelarlo, sólo tener buena puntería para acabar con esto!

Me causaba gracia su altanería e insolencia, sobretodo en situaciones como esta en la que podemos tomarnos nuestras palabras a la ligera.
Puedo imaginármela haciendo ese tipo de comentarios en su vida en el internado, recibiendo castigos severos sólo por expresarse con libertad y decir la verdad; era una pena que tuviera que aguantar diversos tipos de humillaciones por tanto tiempo, pero me place enormemente que pueda saberse en confianza para actuar de esa forma, siendo tal cual ella, sin filtros ni limitaciones.

Corazón De Hielo, Voluntad De Hierro 《Camus De Acuario》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora