Corazón De Hielo, Voluntad De Hierro 《Camus De Acuario》

...Capítulo 46: Sólo por precaución...

PoV ~CAMUS~

.... Semanas después ....

Roselle permanecía en un estado incierto.
Tanto podía mejorar una mañana y permanecer así un día como empeorar una noche y permanecer así durante semanas.
Hubo ocasiones en donde Tasya tuvo que recurrir a métodos drásticos para mantenerla estable.
Las infusiones de agua salada ya no eran suficientes. Llegó un momento en donde sólo el tiempo y un milagro podrían hacer que la fiebre disminuyera.

Y aún así, la sentía luchar.
Siempre estaba ahí, ese espíritu terco y obstinado tan característico de Roselle.
Tan en contraste con aquel momento bajo el agua.
Cuando la rescaté, pude sentir en ella la resignación y la aceptación de su muerte.
Pero ahora por mas frágil que fuera, trataba de aferrarse a la vida con gran violencia.
Una cosa estaba clara, no iba a dejarse vencer tan fácil

No entiendo por qué no pudo pensarlo antes siendo ella tan astuta.
Muchas veces traté de dejárselo en claro y deduje que ella ya lo sabía; al pertenecer a este mundo, al ser un caballero, en cada instante se está cerca de la muerte sin saber qué momento puede ser el último.
Yo lo estuve muchas veces y nunca temo por ello. Esta es la primera vez en la que ella lo está y le atemoriza.
Es por eso que no entendía cómo no lo vió venir al sacrificarse como lo hizo.

Sus deducciones me sorprendían, aveces superaban las mías y de vez en cuando se volvían un poco fastidiosas mezcladas con su insistencia, pero siempre obtenía las respuestas que quería, al menos se aproximaba a ellas. Roselle tiene un encanto especial para ganarse a pulso las cosas y... los sentimientos. Soy prueba de ello.

No comprendo aún lo que pasó, el por qué pasó y cómo es que me ha puesto las emociones de cabeza.
El miedo a perderla, lo que me provocó destrozar su uniforme y verla en interiores o ese beso.. mis labios aún palpitan al recordar el contacto que tuvimos.
No puedo describir con exactitud lo que sentí, realmente no sé qué fue todo aquello.
Era sorprendente e impactante, sabía perfectamente que no debía de ser, pero muy en el fondo no quería que terminara. Lo que me provocó es algo que he comprado con la belleza.
Tan inexplicable, tan profunda, tan pura, y en Roselle eso formaba parte de su ser.

Es prácticamente imposible que alguien la ignore o le tema o la desprecie.
Su aura es de esas que atraen, no que repelen.
Su personalidad es magnética y su corazón bondadoso.
He pensado que gracias a ello pude empatizar rápido con ella.

Pensé muchas veces en lo que Milo decía.
En que he sido diferente con ella a comparación de Hyoga o Isaac.
Le he permitido varias cosas, le he otorgado privilegios, mi carácter cambia constantemente cuando algo la incumbe a ella.
A veces es blando, a veces es estricto, más de lo normal.

Me irrito si se refieren a ella de maneras indescifrables. Mi paciencia se incrementa cuando comete fallas. A veces hasta me han provocado gracia sus actos y sobretodo pongo cuidado en las palabras de los demás cuando el tema de conversación tiene que ver con ella.

Consideré todo aquello como cautela y recelo en general.
Primeramente por protegerla de faltas de respeto, ya que es una dama y merece ser tratada con dignidad, y en segunda por ser mi alumna, mi aprendiz, mi sucesora. Aquella que resguardará y defenderá mi legado y el de todos los Acuario antes que yo.
Pero ese beso fue el detonante para creer por un instante que tal vez Milo pudiera tener algo de razón.
Sólo tal vez.

Aunque en ella... sigo preguntándome qué fue realmente lo que sintió o a quién estaba imaginando ver para haber actuado así.
Es imposible que yo haya sido la imagen protagonista de esa alucinación.
Soy su maestro, ella mi alumna. Es inadecuado e inapropiado pensar de esa manera sobre un nosotros. Claramente no era esa clase de nosotros, no existía.
Es una idea y una negación que la vida me impone y que debo de asumir y aceptar.
Aunque me mirara a los ojos, aunque todo haya sido muy personal. Demasiado...