Corazón De Hielo, Voluntad De Hierro 《Camus De Acuario》

...Capítulo 42: Palabra y honor...

PoV Narrador Omnipresente.

La noche se volvió oscura desde que ella se fue, cuando decidió irse a Siberia con él, a partir de ese día en el que ninguno sabía cuándo regresaría.
Cada noche, iba al peñasco para recordarla y tener la esperanza que ella iba a estar viendo lo mismo que él
Las estrellas seguían ahí, pero ya no brillaban como lo hacían cuando ella estaba.

James pasaba cada instante del día preguntándose si Roselle estaba bien o si pensaba en él como él lo hacía en ella.
Ya fuese en el entrenamiento, comiendo, o estando en silencio, en su mente existía un sólo nombre: Roselle.

Por instantes, había recuerdos de su vida junto a ella
Desde su niñez hasta el momento de la pubertad.
Nunca habían sido tan cercanos como lo era Aaron con ella, pero muy en el fondo, sabía que detrás de esos enojos y discusiones existía un cariño genuino.

—¿Otra vez aquí?

La voz de Aaron interrumpió la melancolía del pelirrojo.
James le respondió con una sonrisa fingida.

—Ya me conoces, ¿no?

Dijo mientras lanzaba una roca hacía el vacío.
Aaron tomó asiento junto a su amigo.

—Tanto que sé que sólo vienes aquí porque la extrañas.
—¿Y qué tu no?
—Si, demasiado, más de lo que te puedes imaginar, pero sé que está en el lugar correcto.
—Si, con su maestro y no con sus amigos, casi su familia...
—Nosotros estamos haciendo lo mismo que ella.
—La diferencia es que no tuvimos que irnos y ella si.
—Pero volverá.
—No sabemos cuándo lo hará.
—¿Por qué te molesta tanto?
—Porque está sola con un tipo que ni siquiera sabemos qué intenciones tiene con ella.
Ya me di cuenta como la mira...
—Si, de la misma manera en que tu la miras.

James comenzó a ponerse nervioso, pero no dijo nada.
Guardó silencio y eso hizo que Aaron siguiera con sus reclamos.

—¿Crees que no me he dado cuenta?
Tantas peleas, tantos golpes, tantos rechazos y aún sigues obsesionado.
¿Cuánto tiempo vas a seguir ocultándolo?

James hizo lo mejor que podía hacer en esa situación.
Negarlo todo.

—No sé de lo que me hablas.
—Si lo sabes. Tu la quieres más que una amiga.
—¿Y tu no?
—Sabes bien que mi amor por ella no rebasa los límites, el tuyo si, ¿y te digo lo que pienso? Que eres un hipócrita.
Coqueteas con cuanta chica se te cruza en el camino; ayer mismo te besuqueaste con alguien en la ciudad, y casi se fajan en un callejón.
Presumes conquistas que nunca llegan a nada.
Te fijas en todas y a la vez estás totalmente interesado por Roselle sólo porque ella es tu inalcanzable.

La represión de Aaron hacía James lo dejó mudo y sin argumentos
El chico tranquilo y tierno se había esfumado para ser reemplazado por alguien diferente.
Alguien con un instinto nato de liderazgo; con la rudeza suficiente en las palabras para decir la más dolorosa de las verdades.
James no supo qué hacer o que decir a partir de ese momento.

—No es por eso. Tu no sabes...
—Sé más de lo que debería.
James.. ustedes son mis mejores amigos, crecimos juntos. Los amo y no quiero que salgan lastimados, sobretodo tu.
—No te preocupes tanto por mi...
—Lo hago porque sé como eres, idiota.
—Como si te importara tanto...

James desvió la mirada ocultando su rabia
De todos en los que podía confirmar, Aaron era el único con quien tenía la esperanza de revelar sus sentimientos y ahora lo reprendia por ellos.
Otros pensamientos invadieron su mente en los que predominaban la competencia y los celos.
Todo lo que realmente le desagradaban y que lo hacía sentir miserable.

—¿Crees que pueda llegar a pasar? Ella y yo...
—No lo sé James. Nadie sabe lo que Roselle espera de un hombre.
Es uno de sus mayores misterios, ni yo lo sé.
—Pero tal vez exista una oportunidad.
—Tal vez, pero no te hagas ilusiones.
Puede que si o puede que no.
—Seré lo mejor para ella.
—Eso no me lo tienes que decir a mi, tienes que demostrarlo, y como te conozco, creo que lo más difícil será que tu cambies.
Además, recuerda que Roselle es una chica que no pasa desapercibida.
—¿Qué insinuas?
—Nada que tu no sepas.