...Capítulo 38: No es un adiós...

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PoV ~ROSELLE~

Empacar no fue difícil, lo difícil fue tener ese horrible sentimiento mientras doblaba la ropa.
Tristeza, culpa y una enorme responsabilidad en mis hombros acompañada de un grueso nudo en mi garganta.

Decidí no llevar mucho; sólo lo esencial.
No tengo ropa de invierno gracias a una vida en un lugar donde los 365 días del año hacia calor y en Siberia no voy a usar un vestido floreado, ya veré como me las arregló.
Por fortuna, Toffy vendrá conmigo así que por eso no me preocupo. Sin embargo, había otras cosas que requerían mi total atención.

El día siguiente lo tomé para arreglar algunas cosas, dar algunas explicaciones y poder despedirme de ciertas personas.
No fue fácil. Nada fácil.

Euphi parecía triste y la comprendo, yo también lo estoy.
Sam y Pantoja parecieron comprenderlo al igual que Azuna.
Lara trataba de convencerme que no me fuera y me daba millones de opciones para poder convencer a Camus de que nos quedáramos pero sé que ninguna de esas razones lo convencería, era inútil.
Los demás aprendices sólo me desearon buena suerte. Aún no tengo una relación tan estrecha con ellos y tal vez por eso pareciera no importarles (además de que algunos de ellos tambien se irían dentro de poco. Eso les afectaba de igual manera que a mi.)

Aaron y James... ahhh, ellos eran los más afectados.
James estaba furico y aunque Aaron no lo demostraba mucho, sabía que tenía el corazón tan roto como yo.

Por todo el día, nos evitamos tanto como era posible.
Tanto ellos a mi como yo a ellos.
No queríamos más gritos ni peleas ni reclamos ni llanto.
Ya era suficiente.
Además, si lo hacíamos, todo sería más difícil.

Por la noche, ya tenía mi maleta lista al pie de mi puerta.
Nos iríamos al amanecer.
Mi cabeza me dolía de tanto aguantar el llanto.
Sólo resignación.
No quise ir a la biblioteca esa noche ni salir a ver las estrellas.
Era mejor quedarme a dormir lo más que pudiera y eso hice.
Disfruté por última vez la cómoda cama de mi habitación ya que no sé en cuanto tiempo voy a volver a recorstarme en ella.

Al levantarme, me vestí lo más rápido posible.
Ropa sencilla. Jeans, botas y blusa.
Recogí unas últimas cosas y salí de mi habitación con el mismo sentimiento de hace meses cuando deje el internado.
Toffy venía detrás de mi.
Encontré a Camus en la entrada del templo, no había nada diferente en el. Apenas y me atreví a mirarlo.
Estaba tan guapo como siempre.
Se percató de mi presencia cuando apenas iba llegando.

—¿Lista?
—Eso creo.

Camus asintió.
Tomo sus cosas y empezó a descender por las escaleras y como siempre, yo lo seguí.
Por mi parte, no comencé ninguna conversación.
No tenía ni tema ni ganas, sólo mantenía la cabeza baja mientras miraba a Toffy correr.
El silencio era bastante incómodo.
Ya íbamos por el templo de Virgo cuando escuché su voz.

—Lamento esto.

Camus habló con bastante sinceridad.
Me atreví a verlo unos segundos.
Su hermoso perfil, mirando hacia enfrente, concentrado en sus cosas.
No contesté. Sólo asentí.
El nudo en mi garganta era más grande y pesado.
El resto del camino, fue silencioso.

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Al llegar al final, justamente antes de salir definitivamente del santuario, dislumbre cuatro figuras, esperándome.
Aaron, James, Lara y Pantoja.
Me detuve en seco.
Las emociones de nuevo me invadian.
Me estaban esperando para despedirse...
Otra despedida.

Sin pensarlo más, solté un sollozo mientras corría hacia ellos.
El primero que me recibió con los brazos abiertos fue Aaron.
Me abrazó por un largo rato.
Después con James, Lara y Pantoja sucesivamente.
Me tomé el tiempo para estar con los cuatro.

Corazón De Hielo, Voluntad De Hierro 《Camus De Acuario》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora