...Capítulo 12: Noche estelar...

1.3K 85 10
                                    

PoV Narrador Omnipresente

Había pasado una hora exactamente desde que Roselle llegó a la Torre del campanario y su espera aun no concluía
El reloj marcaba las 9:45 pm y nada había pasado
El cielo estaba impecable.
Con estrellas y nubes adornandolo pero sin ningún indicio de alguna lluvia de meteoros.
Se había cansado de esperar
El sueño la estaba venciendo.
Toffy se había quedado quieta al lado de ella hace 10 minutos cuando se cansó de perseguir a las palomas
Su bitacora estaba abierta con la pluma en medio de las hojas
Roselle no se cansaba de ver al cielo esperando que algo pasará.
Por un momento pensó que su escape había sido en vano y que esa noche no pasaría nada.
Los panecillos y la leche se habían acabado y el frío viento azotaba en contra de ella.
Esto último ella no lo entendía ya que por lo general, las noches son cálidas en El Pireo.
Roselle no podía sacarse del pensamiento su encuentro con Camus.
No podía creer que había hablado con el.
Que habían estado a unos poco metros de distancia
Simplemente nunca en su vida creyó que eso pasaría
Aun le parecía un sueño del que tal vez ella no quisiera despertar.
Distraída de nuevo, el gruñido de su cachorra la sacó de la fantasía en la que vivía.
Un rechinido de la duela del suelo de madera se escuchaba y ese sonido solamente era provocado por pasos.
Roselle invadida por el miedo se giró sobre su aciento lentamente.
Su vista se enfocó en una sombra con silueta masculina.
Roselle se sobresalto y dio un pequeño brinquito
Toffy estaba delante de ella gruñendo hacia esa silueta y a punto de ladrar.
Tardó en vislumbrar que la persona en frente de ella no era un enemigo.
Se levantó para cargar en brazos a la cachorra y tranquilizarla.
La silueta fue acercándose hasta que por fin su rostro fue completamente reconocible

-Lamento si te asuste.-
Pronunció suavemente el caballero de Acuario
Su voz seguía provocando en Roselle escalofrios inexplicables.
Poco a poco fue relajandose y pudo contestar.

-No... yo no...
Esta bien sólo... fue un reflejo....
¿Qué hace usted aquí?-
La pregunta era directa y sin rodeos
Camus se acercó aun más.
-Eso mismo iba yo a preguntarte
¿Qué haces aquí?-

Roselle soltó una risilla y trató de ocultarla agachando la cabeza.
Esto se volvía cada vez más como un juego, una batalla campal en la cual a través de preguntas sólo uno de ellos podría ganar.
Era en cierta manera divertido.
Se mordió el labio para poder controlarse.
-Yo pregunté primero.-
Camus la miro de una manera extraña
Como si el supiera que ella iba a dar esa respuesta.
Se encogió de hombros y hablo.
-No podía dormir, así que decidí explorar un poco el lugar.-
-¿Y como logró evadir a la seguridad del internado?-
-Tengo mis trucos
Además de que encontré unas cuantas puertas abiertas que me conducían hasta acá.-

La respuesta de Camus hizo pensar a Roselle.
Podía ser válida y a la vez no.
Era una explicación extraña
No lo entendió hasta que dijo lo de las puertas.
Los pasillos subterráneos...
-Me siguió.-
Susurró la chica estupefacta.
El caballero asintió
-No tiene caso negarlo.-

Un silencio incómodo se formó en la atmósfera.
Como si nada, el había reconocido que la había seguido.
La mente de la chica era como un horno a punto de estallar.
El había dado a entender que Roselle no había sido cuidadosa esa vez o tal vez, el espiaba sus movimientos, seguía sus pasos y hacia donde ella iba.
Ambos se miraron fijamente a los ojos.
El contacto visual era fuerte, casi irrompible, al igual que su silencio.
Toffy, después de unos cuantos momentos en los brazos de su dueña empezó a renovarse ya que quería bajar.
Nuevamente la mascota de Roselle la devolvió a la realidad.
Roselle la bajo y Toffy se dirigió hacia Camus a olfatearlo
Tanto el caballero como la chica dirigieron su mirada hacia la pequeña cachorra

-¿Quien es?-
Pregunto el.
Roselle le sonrió.
-Es mía.
Mi mascota, Toffy.-
-¿Se les permite tener mascotas aquí?-
-Se supone que no, pero algunas personas tienen hurones, hamsters, conejos o peces y les permiten mantenerlos aquí siempre y cuando los cuiden y se hagan responsables de ellos.
No veo por que yo no pueda tener un perro.-
-La diferencia entre un pez y un perro es notoria.
¿Cuál es la razón por la que te dejaron concervarla?-
-La vedad es... que la encontré de bebé en un basurero.
Apenas tenía días de nacida
La cuide por un largo tiempo y cuando quise dejarla, no pude y...
La adopte.
Me metí en muchos problemas pero al final me dejaron concervarla siempre y cuando la criara bien.-

Corazón De Hielo, Voluntad De Hierro 《Camus De Acuario》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora