Corazón De Hielo, Voluntad De Hierro 《Camus De Acuario》

...Capítulo 3: Hallazgo en la biblioteca...

PoV ~ROSELLE~

Después de un largo camino hacia el internado lleno de fastidiosas reclamaciones y preguntas incómodas por parte de mis amigos, llegamos a nuestro hogar justamente cuando el sol estaba a punto de ocultarse.

Cruzamos las rejas de la entrada principal donde había unos cuantos jardines y en medio de estos, la estatua del fundador. Un hombre que aparentaba unos 60 años; elegante, alto, con barba bien recortada y cabello abundante.
No hacia falta leer la placa de bronce en el pedestal ya que me sabía el nombre de Mitsumasa Kido de memoria. Su expresión era extraña aunque claro, era una estatua. Tal vez esa era la razón por la cual siempre sentí intriga por él... pero no le tome demasiada importancia y seguí caminando hacia los dormitorios.

Al pie de los edificios nos despedimos de los chicos.
Hikaru, Zully y yo fuimos a nuestros cuartos para dejar las cosas y después ir a cenar.
En la entrada del edificio, vi a Lara con su pequeña hermana y la supervisora de nuestros dormitorios
Les estaba explicando las reglas, supongo.
Toffy ya me esperaba. Cuando me vio salto de la cama y se puso a dar vueltas de felicidad.
La consenti un poco y después le di de comer.

Enseguida dejamos todas nuestras cosas sobre las camas. Zully había comprado bastante tela, listones e hilo para confeccionar vestidos.
Yo no acomodé nada. Así como estaban las bolsas las voté y lo único que saqué fue el rosario que pienso obsequiar a Lara.
El cofre con la daga se lo había quedado Aaron, después tendría que hablar con él para saber quién se quedaría con ella.
Minutos después, salimos de nuestro dormitorio para ir a cenar.

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No hubo más novedad que ver tres nuevos rostros entre la multitud: los de Lara y sus hermanos.
Ellos tres comieron solos. Nadie les habló y me sentí mal por ello.
Les comenté a nuestro grupo de amigos lo que pensaba hacer y la mayoría me apoyó, sólo cierto pelirojo se ponía de pesado diciendo que dos niños de 6 años no encajarían con nosotros.
James no paraba de parlotear acerca de la vestimenta de los nuevos y lo "raros" que eran.
Gracias al cielo que Aaron entendió mi mirada asesina cuando decía estupideces y me hizo el favor de patearlo en la espinilla.
Como adoro a ese maldito...

En fin.
Después de la cena nos iríamos a la sala de descanso común entre todos los estudiantes e invitariamos a Lara y a sus hermanos a venir con nosotros y afortunadamente, la cena se pasó más rápido de lo que esperaba.

No comí mucho y no tenía mucho apetito que digamos después de lo que pasó esa tarde. El anciano diciendome esas cosas de que seré una guerrera...
Pff... por favor Roselle, ¡deja de pensar en estupideces!
Sólo son leyendas, no es real.
Aunque....
No me explicó cómo el hombre supo lo del rosario y la daga y eso que supuestamente están "malditos".
Algo dentro de mi cosquilleaba. La curiosidad, supongo pero...
¿Y qué pasaría si tuviera razón?

El tiempo se fue volando.
En cuanto me di cuenta ya todos empezaban a levantarse.
Recuperé el sentido antes de que alguien se percatara de que mi mente estaba en otro lugar.
Me levanté rápidamente y junto con los demás fui hacia donde Lara.

La rodeamos y yo estaba a la cabeza.
Prácticamente la acorralamos y la dejamos sin salida.
Eso debió de verse muy intimidante, ya que Lara pasaba los ojos por cada uno de nosotros algo asustada.
Sus hermanos se escondieron detrás de ella.
Yo sería la que hablaría por todos los demás ya que soy la más "sociable" de los 8, según ellos.
Di un paso enfrente y traté de sonar lo más tranquila y alegre posible.

—¡Hola!
No se si me recuerdas de hoy...
—Si... En el puerto.
—Exactamente esa soy yo.
Bueno, mis amigos y yo...
Vamos a ir a la sala de descanso y nos preguntabamos si quisieran venir con nosotros.