PoV Narrador Omnipresente
Dentro del gremio de los caballeros al servicio de los dioses, era bien sabido que las responsabilidades resultaban ser una carga más que pesada para aquellos que no estaban del todo dispuestos a abandonar sus deseos, lo cual ocasionaba dificultades en la tarea de cumplir con los propósitos que sus valores les exigían; y lamentablemente, Camus estaba experimentado aquello con creces.
Alejarse de Roselle era algo que le desagradaba en su totalidad, irritándole la idea de aceptar que no podía permanecer siempre a su lado, guiándola en sus lecciones o admirándola a la distancia. Le desgarraba el interior la horrible sensación de culpabilidad al saber que su alumna lo miraba, esperando explicaciones de sus acciones, o permanecer callado y fingir ignorar su presencia; simplemente le asqueaba tener que comportarse así con ella.
Todo aquello era algo que no iba a dejar de reprocharse jamás, pero se veía obligado a actuar de ciertas maneras por motivos que lo superaban como hombre y como guerrero. Aún estaba disgustado por lo sucedido esa noche, aunque tal vez lo que realmente le molestaba era seguir pensándolo en vez de simplemente avanzar o motivarse por el descubrimiento de un anhelo; pero una vez más, Camus no se dio el tiempo necesario para meditar a profundidad ese tipo de temas del corazón.
El césped crujía a sus pies con cada uno de sus pasos y con los de su acompañante a sus espaldas; Bartok lo seguía sin objeción, pero tampoco lo hacía por deseo, y eso que ya habían pasado unos cuantos minutos caminando, alejándose de cualquier distracción o interferencia que pudieran causar un fracaso en las intenciones de Camus para con el muchacho.
Sabía por propia voz de Milo de la rebeldía del chico y de lo difícil que resultaba tratarlo, pero si esa actividad no se llevaba a cabo, no habría otra manera para que el muchacho aprendiera y pudiera avanzar no sólo en su entrenamiento, sino en su vida. Milo y él llevaban semanas discutiendo sobre el momento y el método que ocuparían, eligiendo cuidadosamente el más adecuado para que sus respectivos discípulos pudieran aprender más que una lección sobre la fuerza o el poder.
Camus observó el cielo y su vacío le indicó que era hora de parar, así que se detuvo abruptamente, provocando que el chico le imitara en su acción.
—¿Sabes dónde estamos?
Le preguntó casi intimidantemente.
Bartok negó.—¿Qué no se supone que usted lo sabe? Por algo me trajo, ¿no?
—El hecho de yo saberlo no significa que tu debas ignorarlo.
—¿Y cómo quiere que lo sepa si no nos dan la información completa de las cosas?Camus se dio la vuelta y caminó pocos pasos hasta distraerse con el movimiento de la tierra a sus pies y la energía que esta desprendía.
—Suenas como ella.
Declaró ocultando una leve sonrisa que sólo expresaba como ironía y añoranza. Incluso en esos momentos de ausencia, el rostro de Roselle aparecía en su mente junto con la mirada analítica que ponía cada vez que estaba ansiosa de conocimiento; eso junto a su ceño fruncido… Simplemente no podía sacársela de la cabeza ni del corazón.
—¿Como quién?
Preguntó el chico acercándose, y Camus tuvo que borrar en su expresión todo rastro de sensibilidad.
—Como mi alumna. Roselle también hace ese tipo de preguntas, y comprendo que todos ustedes estén desesperados por conocimiento, pero todo llega a su tiempo.
—¿Eso es lo que siempre le dice a ella?
—Y lo que tu mentor te dice también.
No es necesario fingir conmigo muchacho, estoy enterado de todo.La expresión de Bartok se endureció, buscando aparentar fortaleza ante un desconocido, pero su mirada cristalina reflejaba que realmente le ponía nervioso la presencia de un caballero al que no solía frecuentar. Muy en el fondo, temía por los enfrentamientos o los castigos que pudieran darle, y la única forma en la que la vida le enseñó a protegerse fue adoptando una actitud a la defensiva, sin importar quién estuviera en frente, o si esa persona era un aliado o un enemigo.
ESTÁS LEYENDO
Corazón De Hielo, Voluntad De Hierro 《Camus De Acuario》
FanfictionHan pasado casi 250 años desde la última Guerra Santa y los Caballeros de Athena se han vuelto sólo mitos y leyendas. Desde entonces, todos los guerreros de la esperanza fueron desapareciendo rápidamente hasta no quedar ninguno en existencia. La pre...