PoV ~ROSELLE~
....Meses después....
Nunca imaginé qué tan grande sería la diferencia que marcaba la presencia o la ausencia de las personas, incluso si se trata de un terreno tan vasto como el Santuario en donde sólo 24 personas lo habitábamos.
A comparación de mis semanas en convalecencia en donde no pude notar del todo bien esa diferencia, en esta ocasión todo podía sentirse diferente, desde las horas de cada día hasta el silencio que se apoderaba de las noches.
Nuevamente y como cada año desde que llegamos, la gran mayoría ya había partido a sus respectivos destinos de entrenamiento; sólo quedábamos Abayomi y yo, además de los chicos que permanecían en el Santuario, y ambos nos iríamos muy pronto.
Esa tarde se llevaría a cabo el último enfrentamiento conjunto, el cual formaba parte de la nueva planeación que los dorados formularon para nosotros y la verdad, me sentía nerviosa. Aquello iba a ser lo más grande y significativo que hubiera experimentado hasta el momento, y eso que he pasado por mucho; pero para ser honesta, la forma en la que se dieron las cosas fue del todo extraña, ya que parecía una broma pesada del destino que, al hacerme conocer el pasado de mi maestro y sus compañeros, precisamente me viera obligada a formar equipo con Hebert y Aaron para que juntos, nos enfrentáramos a Bartok, James y Abayomi.
Fue una orden directa, nadie podía desacatarla, y a ninguno de mis compañeros les sorprendió que nuestra alineación fuera de esa manera, pero a mí sí. Una vez más, descubrí en silencio que yo era la excepción del caso, ya que por alguna u otra razón, poseía el conocimiento de un oscuro pasado, un saber que nunca había pedido y que a veces me arrepentía de tener.
Nos reunimos todos justo al medio día, cada uno acompañado de su respectivo mentor.
Curiosamente, éramos precisamente nosotros 12 los únicos que quedábamos en el Santuario; eso sin contar a Aioros, quien no había hecho aparición en la arena desde que Pollux se marchó semanas atrás, pero tuvo que hacerlo.Recientemente había recibido su carta, aquella que todo chico perteneciente al internado Graude esperaba al cumplir la mayoría de edad, en donde su albacea lo citaba para dar comienzo a los trámites que le otorgarían pleno dominio de su herencia.
Era de esperarse que su momento llegase pronto, así como el mío lo hará en un par de años, pero ese no era ni el tiempo ni el lugar para pensarlo.Desde el primer momento, nuestros maestros se alejaron de nosotros, permaneciendo sólo como espectadores en lo alto del coliseo, con cada triada en un extremo. No fue necesaria una charla antes de nuestro enfrentamiento, ya nos lo habían explicado todo anoche, así que llegamos directo a la acción.
Como siempre y como en todo, Aaron y yo formábamos un buen equipo. Adoro estar con él en estas cosas porque sé con seguridad que ambos nos complementamos en todo lo que hacemos juntos, y eso se notaba.
Parecíamos ser imparables, atacando, esquivando y protegiéndonos, moviéndonos a grandes velocidades mientras resguardábamos al otro y coordinando nuestras acciones y movimientos como si de un baile se tratara.Por supuesto que eso suena como si fuéramos un dúo de ensueño y que, por nuestra conexión, las cosas resultarían ser más fáciles para nosotros, pero no lo eran porque al final, no se trataba de un desafío en dupla, sino en tripletas.
Al principio nos fue complicado llegar a un punto de conexión por la dinámica que Aaron y yo tenemos y con la que Hebert no está familiarizado, costándonos varios golpes la tardanza en trabajar en equipo y optar por los ataques singulares.Tardamos valiosos minutos en encontrar la mejor estrategia para los tres hasta que tras una explosión de energía causada por Aaron, al fin parecía que todo marchaba en nuestro favor. Aprovecharíamos la conexión que Aaron y yo tenemos y nos encargaríamos mayoritariamente de la defensiva para que Hebert actuara con la ofensiva, intercalando puestos de vez en cuando y así, confundir a nuestros adversarios.
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Corazón De Hielo, Voluntad De Hierro 《Camus De Acuario》
Fiksi PenggemarHan pasado casi 250 años desde la última Guerra Santa y los Caballeros de Athena se han vuelto sólo mitos y leyendas. Desde entonces, todos los guerreros de la esperanza fueron desapareciendo rápidamente hasta no quedar ninguno en existencia. La pre...