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Yoongi se acomodó sus gafas negras de marco redondo y entrecerró los ojos mientras veía lo que había escrito. Estaba hace más de cuarenta minutos frente a su laptop escribiendo y borrando cada palabra. Nada de lo que se le ocurría se veía como un buen anuncio y él estaba desesperado. 

SE NECESITA ACTRIZ PARA UN PAPEL SIMPLE…”

Yoongi negó con su cabeza y volvió a borrar. Aclaró su garganta y volvió a teclear. 

SE NECESITA PERSONA PARA FINGIR UNA FAMILIA.”

—Mierda —se quitó las gafas y las dejó sobre la mesa, alzó su mirada y se quedó varios minutos mirando la espalda de su hijo menor mientras este miraba televisión en la sala. Su niño tenía su mismo color de cabello negro y su tez más bien clara, también había heredado su temperamento tranquilo y relajado. 

Yoongi se volvió a poner las gafas y borró lo último que escribió, estaba cansado y no ayudaba que hubiese discutido con su hijo mayor esa mañana. 

Últimamente la vida se burlaba de él haciendo todo más y más difícil. 

—Papi. 

El azabache dejó de mirar la pantalla y se giró para ver a su pequeño de cinco años mirarlo con curiosidad. 

—¿Que pasa campeón?

—¿Qué estás haciendo?

—Uhm… Estoy haciendo un poco de trabajo, ya sabes. 

—¿Puedo ayudar? 

—¿Puedes ayudar? —Yoongi sonrió y cerró la laptop. Después vería que diablos hacer. —Creo que tengo una mejor tarea para ti y mucho más entretenida, ¿que dices?

—Si quiero. 

—Muy bien respondido Jihwan. Vamos a hacer la cena ¿si?

—¡Si! —el niño alzó sus brazos y corrió por el pasillo hasta el baño —¡Lavar las manos, papi!

—Exactamente, muchacho. 

Yoongi acompañó a su hijo y ambos lavaron sus manos, luego se dirigieron a la cocina y como era la rutina de casi todos los días cocinaron juntos. Yoongi siempre aprovechaba para hacer más comida para el almuerzo del día siguiente y además su propia comida que sagradamente llevaba al trabajo. 

Con los alimentos listos Yoongi puso la mesa y miró la hora en su celular. 

—Tu hermano debería estar por llegar. 

—Él nunca quiere estar aquí. 

—Eso no es así, pequeño —Min miró hacia la puerta de la cocina y se obligó a no creer en esas palabras pero eran ciertas, su hijo mayor Eunho prefería estar en cualquier otra casa menos la suya. 

—Tengo hambre. 

—Si, comeremos ahora, solo que quería que Eunho estuviera también aquí. 

No era como si su hijo mayor tuviera un mal comportamiento todo el tiempo o se quejara de algo en particular, Eunho solamente aceptaba encantado cada vez que alguien lo invitaba, siempre eran familiares, la familia de Yoongi era bastante extensa por lo que entre su hermano menor y hermana mayor se disputaban la compañía de su hijo. 

A Yoongi le gustaba sin duda aquello, amaba que su hijo estuviera con sus primos pero también lo extrañaba demasiado cuando no estaba en casa. Eunho estaba creciendo a pasos agigantados y él sentía que se estaba perdiendo más de alguna etapa. Pero tampoco podía culpar al chico, su casa era aburrida en muchos modos diferentes y Yoongi ya no sabía qué hacer para llenar ese vacío. 

Confía en ¿Mí? (Jinsu-Sujin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora