Caricias.

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Era muy temprano, se estaba despertando al sentir caricias en su pecho, sentía como unos dedos fríos pasaban por sus pectorales hasta sus abdominales, delineando cada parte de sus músculos hasta llegar a su ropa interior. Sus ojos aún seguían cerrados, no quería despertarse completamente por el cansancio, pero una mordida en su pelvis lo hizo chillar haciendo que dejara de tener sueño.

—Sé que estas despierto, no finjas.

—Son las cuatro de la mañana.— Se quejo tratando de cubrirse con la sábana, pero Kazutora estaba entre sus piernas impidiendo hacerlo. —¿Qué haces despierto a estas horas?

—Estoy aburrido, distráeme.— Lamio la erección del menor por encima de su ropa interior y con una sonrisa ladina se burló. —Talvez no quieras jugar conmigo, pero este amiguito si.— Beso el bulto volviendo a dar lamidas.

Baji se ruborizo. 

—Vamos.~— Gateando se sentó en el abdomen del contrario, rozando su trasero con la erección del otro, juguetón, comenzó a desabotonar su pijama mientras movía lentamente sus caderas. —Tócame.

Kazutora con su pecho desnudo, con su cabellera suelta y despeinada, dando sutiles saltos en la pelvis del menor, era un gran deleite para la vista, su atractivo tatuaje en su cuello y parte de su clavícula solo le daba ganas de morderlo, lamerlo y dejar varias marcas, su lunar debajo de su ojo era tan erótico que no podía evitar admirarlo mientras devoraba sus labios, sus mechones rubios, que hacían resaltar toda su apariencia, era simplemente perfecta. Kazutora es perfecto. 

Baji comenzo a tocar cada parte del mayor, pasando sus dedos por sus muslos, dando un recorrido de su cadera hasta su cintura, se acomodo para tener en su completa merced al contrario, tomando su cintura con su brazo y con la otra agarrando descaradamente su trasero, moviendo sus dedos atrevidamente hacia su agujero aun trayendo su pantalón encima, tal estimulación hacia estremecer al de lunar, las lamidas que estaba recibiendo en sus pezones, las mordidas y chupetones lo hacían gemir débilmente, el ver su propio pecho adornado de marcas de los filudos colmillos de su amante lo excitaba.

—Baji.~

Con sus mejillas rosadas abrazo de los hombros al mencionado, acercándolo más a su cuerpo, el calor y aroma corporal del pelinegro lo embriagaba, su corazón latía con fuerza por tales caricias que recibía, aquel momento tan íntimo era preciado por ambos, Baji estaba por quitarse la ropa interior y la del contrario, pero se detuvo cuando el estómago del de tatuaje rugió. 

—Tengo hambre. 

Baji con una sonrisa suspiro, primero debía de alimentar a su pareja y luego podrían continuar, tomándolo de sus mejillas deposito besos en su frente y mofletes, luego ambos bajaron para que el pelinegro haga el desayuno.

Precario. || Drabbles  「BajiTora」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora