Kazutora estuvo ignorando a Baij durante dos días, no le dirigía la palabra, hacía las cosas por su propia cuenta, no comía nada de lo que le preparaba el pelinegro, desde los almuerzos hasta los dulces pastelitos, por su cuenta veía algunos videos de internet y preparaba lo que deseaba comer, también limpiaba el desastre que hacía, entraba al baño cerrando con seguro para que el menor no lo molestara, tomándose todo el tiempo para disfrutar del agua tibia de la tina y de los aromatizantes, al dormir, cuando el sol estaba por esconderse, se iba a la habitación, cubriendo su cuerpo con la sábanas y descansando sus parpados hasta que el sueño llegue, también se mantenía alerta ante cualquier movimiento del de ojos cafés, si éste se acercaba o intentaba tocarlo, lo rechazaba golpeándolo, realmente no tenía ganas de interactuar con él, ni siquiera queria que lo tocara, además de no haber consumido pastillas en esos dos días.
—Kazutora...— Estaba al otro lado de la cama, intento tocar al contrario pero este golpeó su mano y siguió acostado. —¿Hasta cuando seguirás ignorándome?...
No hubo respuesta.
—Enserio, lo lamento, perdóname...— No queria seguir siendo ignorado por su pareja, no sabía que hacer, sentía que Kazutora ya no lo necesitaba. —Por favor...— No pudo soportar más y las lagrimas bajaban por sus mejillas.
El de mechas rubias seguía dándole la espalda, podía oír perfectamente los quejidos del lloriqueo del pelinegro, podía escuchar como absorbía su nariz y retenía su llanto, sabía lo doloroso que era ser ignorado, pero a pesar de que su corazón doliera por oír a su pareja llorar, su orgullo no le permitía echarse para atrás, restándole importancia a su enojo y consolarlo, quería demostrar que podía ser independiente, hacer las cosas por si mismo y no depender completamente del pelinegro, en la tarde estuvo buscando clínicas a donde podría ir, ya no iba a obedecer todas las reglas que Baji puso al comenzar a vivir juntos, al comienzo hizo caso sin objetar porque se sentía tan culpable del miedo que tenía el pelinegro, de haberlo apuñalado por sus celos y verse como un malagradecido por todo el esfuerzo que hizo el menor por mantenerlo con comodidades.
Al día siguiente Baji estaba algo ansioso, Kazutora estaba toda la mañana dentro de la habitación, el no podía entrar porque estaba con seguro y aunque tuviera las llaves, no deseaba entrar sin su permiso haciendo que se enojara más e ignorara más tiempo, intentando distraer sus pensamientos, fue a la cocina, cocinando los pastelitos que le gustaba a su pareja e intentar que los comiera y poder volver a pedir disculpas.
En pocos minutos, Baji escuchó el ruido de pasos acercándose, Kazutora había entrado a la cocina, estaba arreglado, como si fuera a salir algún lado, vistiendo pantalones formales, con una camisa negra con cuello de tortuga que tapaba gran parte de su tatuaje y un gran abrigo marrón, Baji queria abrazarlo y besar su rostro por lo lindo que se veía, pero el mayor se acerco a el y levantó su mano frente suyo, con la palma abierta.
—Dame las llaves.
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Precario. || Drabbles 「BajiTora」
FanfictionKazutora es una persona inestable, y eso lo sabe perfectamente Baji.