Precario. || Drabbles ｢BajiTora」

Final.

La relación familiar dependía del ánimo de Kazutora, él amaba cuidar de su niña, pero no le gustaba que su pareja buscara excusas para no pasar tiempo con la infante, diciendo que debía de pasar más tiempo en la empresa o de que estaba cansado de tanto trabajar, cada que ocurría algún disgusto, Kazutora tomaba a la menor y se iba de la casa algunos días, dejando a Baji solo con miedo a ser abandonado, al final el pelinegro iba a buscarlo y a reconciliarse, volviendo a comenzar aquel circulo vicioso.

Baji intentaba ser buen padre, pero cada que veía a la menor, el como no tenía ninguna similitud con Kazutora, no podía evitar rechazarla y mantener distancia, aunque había días en los cuales debía de cuidarla porque Kazutora no podía controlar completamente su comportamiento.

La pequeña Kaori tenia cuatro años de edad, Kazutora disfrutaba peinando su corto cabello, tan lacio y brilloso, le gustaba vestirla con lindos vestidos de tonos pastel y lo que más le encantaba, era ver el hermoso reflejo de Baji en ella, con lindos ojos almendrados y de color café, sus pestañas eran largas y hermosas, con cada parpadeo que daba se veía como un bello ángel, sus mejillas pálidas y sonrosadas la hacia ver como una linda muñeca de porcelana, además de que tenía pequeños colmillos en sus dientes, era muy lunareja, su cuerpo estaba adornado de lunares diminutos, pero extrañamente no tenia ninguno en el rostro, pero eso era lo menos importante, su hija era hermosa y nadie podía negarlo.

Ahora mismos estaban en el patio, disfrutando del día mientras jugaba con su hija, hacían un pequeño picnic, una fiesta del té, la menor reía junto con su padre, sirviendo el té imaginario y fingiendo tomarlo elegantemente.

—¿Más té, Señor tigre?

—Me encantaría, Lady K.

La menor agarró la tetera y le sirvió en la pequeña tasa de té a Kazutora, seguido este con su dedo meñique levantado, lo bebió y sonrió.

—Delicioso.

Ambos rieron, iban a seguir jugando pero la menor apenas vio a la pareja de su papá, dejó la tetera y corrió hacia él, la menor quería mucho a Baji, a pesar de no verlo seguidamente, le tenia un gran amor.

—¡Tío Kei!

La pequeña fue hacia él con el propósito de ser cargada, el pelinegro no queria tomarla, solo había llegado temprano porque deseaba pasar su tiempo con Kazutora, pero para no discutir a tempranas horas con su pareja, algo incomodo levantó a la menor y la comenzó a cargar dirigiéndose al de mechas rubias.

—Estábamos jugando.— Se levantó y fue hacia él besando su mejilla, amaba mucho el ver a ambos juntos.

Baji tenía el cabello corto, como el que llevaba de niño, lo prefería así porque no le gustaba cuando su cabello era tocado por las manos de la menor, no era tan tolerable. Al tener cerca a su pareja bajó a la niña y envolvió sus brazos en el cuerpo de Kazutora, abrazándolo por detrás mientras descansaba su mentón en su hombro.

—Te extrañe.

Kazutora acariciaba las manos del azabache que lo envolvía, restregó su mejilla en la contraria, también había extrañado la presencia del contrario.

—Papá, yo también quiero un abrazo.— Levanto sus bracitos en la dirección de su padre.

Kazutora no pudo evitar hacerlo, la tomó en sus brazos, giró su cuerpo e hizo que Baji volviera abrazarlos, tan cálido que se sentía tan afortunado, después de tanto, por fin eran una familia.

Aunque no haya un anillo, ambos estaban unidos por la pequeña de ojos cafés, a pesar de las peleas, discusiones o malentendidos, volvían a reconciliarse porque se amaban, ellos mismos se complementaban de una forma que era inevitable el estar separados, en el camino iban a tropezar con más frecuencia, pero eso no los detendría para continuar unidos al lado del otro.

No son buenos padres, no son perfectos, ambos son inestables, su relación era como una casa en ruinas pero se mantiene por los buenos materiales, nada estable, nada seguro y poco duradero, pero por su terquedad, nunca romperían la soga que tenían amarrada en sus manos, evitando el alejarse, tan precario.

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El último capítulo será el punto de vista de la niña.