Consuelo.

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Kazutora estuvo yendo con Emma a una clínica psiquiatra, el doctor lo diagnosticó, y dijo que no era necesario seguir consumiendo los medicamentos excesivamente, solo necesitaba asistir algunas citas y podría superarlo, en cambio Baji, los días en los que Kazutora salía, él se iba a la empresa donde estaba Mikey y los demás, Mikey se burlaba de su aspecto. 

—Das asco.— Con una sonrisa burlesca en su rostro, lo dijo apenas lo vio entrar a su oficina. 

El pelinegro a pesar de estar bien vestido, con pantalones formales y camisa blanca, su rostro era un caos, los golpes que le dio su pareja estaban sanando pero tenía leves hematomas, además de nuevos rasguños hechos por el mismo, de la desesperación arañaba su rostro tratando de calmar sus lagrimas, haciendo que el borde de sus ojos estén rojizos y algo hinchados, también para que Kazutora no se sintiera incómodo con su presencia, comenzó a dormir los últimos días en el sillón, era incómodo para su cuerpo y por eso tenía ojeras debajo de sus ojos. 

—Baji-kun no debería de descuidar sus horas de sueño y alimentación.— Comentó Takemichi que estaba al lado del rubio, siendo abrazado por este desde su cintura. 

—¿Qué esperabas? ¿Qué Kazutora hiciera obedientemente todo lo dijeras? Cualquiera se hartaría, y pensar que el problema eres tú. 

—Vine solo por el cómodo sillón, silencio.— Caminó hacia el sillón que había en la oficina, uno de buena calidad, suave y espacioso, apenas llegó se tiró en el boca abajo. —Dale a Chifuyu mi trabajo, él se encargara. 

La risa estruendosa de Manjiro se oyó, luego escuchó voces de Chifuyu entrar en la habitación, las voces cada vez se oían distorsionadas hasta que sus párpados se cerraron y pudo dormir. Baji no deseaba regresar a casa y seguir siendo ignorado por su pareja, sus ojos estaban muy irritados como para seguir llorando cada que Kazutora le hacía la ley del hielo, desde que salió sin decirle a dónde iría, abandonándolo solo en la cocina llorando, ya no le preguntaba a donde salía ni a que hora regresaría, porque temía que sacara el tema de su relación, de que podrían llegar a separarse y por eso se mantenía en silencio, haciendo todo lo posible para no incomodar al mayor. 

Pasaron las horas y Chifuyu tuvo que despertarlo, iban a ser las doce de la noche, el de ojos verdes lo llevó hacia su casa en auto, no hizo ninguna pregunta de su aspecto ni del porque evitaba regresar a casa cuando antes era lo que más esperaba del día, se despidieron y Baji suspiro, volviendo a la rutina que se creo, de entrar, ir a su habitación, cambiarse las ropas e ir a la sala para tratar de dormir, no prendió ninguna luz, no queria despertar tampoco al mayor que estaba de espaldas en su lado de la cama, al terminar de desvestirse y ponerse su pijama, estaba por salir de la habitación y cerrar la puerta para que su pareja siguiera descansando, pero el mayor lo detuvo jalándolo de su brazo, aún no queria afrontarlo y sus labios temblaron al igual que su mirada. 

—Es muy tarde. ¿Dónde estabas?— Preguntó calmadamente, al no tener las luces encendidas, Baji no podía ver su rostro. —Baji... hablemos. ¿Si? 

—Kazutora... — No queria oír lo que tenía en mente. ¿Iba a terminar así? ¿Kazutora iba a romper con el de una vez? Mordiéndose el labio para que su llanto no se escuchara, comenzó a llorar. —Y-yo... ¡Lo siento!— Sentía un nudo en la garganta, el pensar que Kazutora se iría de su lado hizo que su llanto aumentara y el dolor de su pecho incrementara. —¡Por favor, no me dejes...!— Entre tartamudeos, comenzó a hipear. 

El mayor ya no podía seguir enojado con el contrario, le dolía ver sus ojitos tan rojos por llorar estos días, con cuidado lo llevó a la cama, sentándolo y subiéndose arriba suyo para limpiar su rostro con sus pulgares. 

—Shh, tranquilo.— Recogía los mechones que el pelinegro tenía en el rostro, llevándolo atrás de su oreja y poder ver un poco más claro su rostro por la luz natural de la luna, las cortinas estaban abiertas y podía visualizar a su pareja. —Lo que hiciste estuvo mal, pero no significa que dejare de estar contigo.— Besó su nariz roja y siguió depositando besos en sus mejillas. —Llorón. 

—Soy un idiota, lo lamento, perdóname, prometo que no se volverá a repetir...— Rogó con algo de dificultado por los hipidos, envolvió sus brazos en el cuerpo del mayor, reconfortándose por volver a tenerlo en sus brazos, su calor, su aroma, comenzaba a sentirse algo embriagado. 

Kazutora se dejó abrazar por el pelinegro, también envolviendo sus brazos en el cuello del contrario, besando su cabellera y dándole mimos en ella, enterrando la yema de sus dedos para darle pequeños masajes, estuvieron largos minutos abrazados, mimando sus cuerpos, hasta que el mayor comenzó a besar el cuello de Baji, inocentes roces de labios contra la piel del de ojos cafés, ya estaba calmado sintiendo calor en sus pómulos, Kazutora comenzó a desabotonar su pijama, estaba confundido. 

—Hagamos un bebé.~

Precario. || Drabbles  「BajiTora」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora