Epílogo.

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La nena tiene doce años, entrando a la adolescencia pero mantiene su inocencia.
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Me encanta la primavera, es mi estación favorita del año, es lindo ver como las mariposas vagan en las flores. ¡Especialmente, me encanta ver los árboles de cerezo! A mi padre también le encanta, ambos salimos a pasear y disfrutar de la hermosa vista, solo los dos, solos. 

Pero hay días en los cuáles a padre se le nota extraño, y hoy era uno de esos días, su sonrisa no hacía presencia, sus cejas estaban arrugadas, se veía pensativo, como si algo le disgustara. ¿Qué podría tener a papá de esa forma? ¿Otra vez había discutido con su pareja? Antes el verlos pelearse era divertido, porque no comprendía lo que sucedía, pero ahora era extraño, ahora verlos distanciados era doloroso, especialmente cuando discutían por mí.

Antes disfrutaba el ir donde el Tío Kei y hacer que me tomara en sus brazos, hacer que me cargue y abrace junto con papá, pero ahora puedo ver claramente su rostro de incomodidad, el como se tensa y se ve su malestar, ahora sé que mi tío Keisuke no me quiere, pero aún así lo hace porque ama a mi padre.

Al comienzo todo cambio tan drásticamente, aún recuerdo la vez que mi conciencia me hacia entender que no era querida, hasta llegar al punto de dibujarme un lunar debajo de mi ojo como el de padre, algo estúpido, un pensamiento de una torpe niña que esperaba ser querida, pero ni así Keisuke Baji me aceptó. 

—¡Tío Kei!— Grité aquella vez, corriendo hacia la pareja de papá para que me cargara, como me gustaba recibirlo en sus llegadas. —¡Mira! ¡Mira! ¡Tengo un lunar como el de papá!— Con mis mejillas sonrosadas, con una gran sonrisa en mi rostro reflejando mi felicidad, esperando elogios y mimos, recibí todo lo contrario. 

Ese hombre me había elevado pero cuando dije lo del lunar y observó esa zona, pareció perder el equilibrio y me soltó haciendo que cayera al suelo, el dolor en mis rodillas al chocar contra el suelo era muy doloroso, pero no llegué a sangrar por la suave y esponjosa alfombra, no iba a llorar porque fue un accidente, espere al menos recibir una disculpa y ser consolada para distraerme del dolor en mis rodillas, pero él solo se fue dejándome en el piso. 

No se que sucedió después, es borroso, tal vez mi memoria no quiere que recuerde tal día incomodo, aunque un pequeño recuerdo sigue de eso, dónde mi padre me abraza y canta una canción para dormir, recordándome lo linda que soy, el como le gusta el color de mis ojos y mis pequeños colmillos. 

Ese hombre solo tiene ojos para papá Kazutora, él solo escucha a papá Kazutora, él solo obedece a papá, en cambio yo solo soy su sombra y su linda muñeca que disfruta de vestir y adorar, no es difícil el mantener una sonrisa para que papá este feliz, porque si ocurre algo que no le guste, comienza a actuar de otra forma, grita, llora, llega a lastimar a su pareja, se aísla y me arrastra con él a casa de uno de sus amigos para distraernos de lo ocurrido. 

Luego como una rutina, tío Kei va a buscarnos para regresarnos a casa y hacer como si nada hubiera pasado, comienzan a ser melosos y a jalarme a sus mimos, yo amo recibir besos de papá en mi rostro, pero se mantiene esa incomodidad agria de sentirme como un estorbo en su relación. 

Estuve buscando el motivo por el cual no era amada, y era la apariencia, aún no comprendía, porque no tenía ninguna similitud con mi padre, él era distinto a mí, el color de sus orbes, la forma de sus ojos, su sonrisa sin caninos sobresalientes, no había nada en lo que fuéramos iguales, pero el siempre decía que era su hija y el mi padre. 

No hay nada por hacer, solo acostumbrarse a esta extraña relación familiar, ignorar el hecho de que tengo más similitudes con mi tío que con mi padre, ignorar el hecho de ser rechazada por mi tío, solo sonreír por la felicidad de papá Kazutora y esperar a que él diga u obligue a mi tío a amarme o demostrarme afecto.

—Kaori, mi niña.— Sus brazos tan cálidos rodeaban mi cuerpo, el como acaricia mi largo cabello negro es tranquilizador, su voz tan delicada llamándome dulcemente me hace sentir amada. —Tan linda mi niña.— Se alejó un poco, para acunar mi rostro con sus manos, acariciando mis pómulos con sus pulgares, papá Kazutora es alguien atractivo, haciendo resaltar su rostro con aquel lunar. —¿Vamos al parque? Veamos los arboles de cerezo.~— Canturreo besando mi frente. 

Una sonrisa apareció en mi rostro, me encanta ver los arboles de cerezo con papá. 

—¡Si! ¡Vamos, vamos!— Agarré su mano jalándolo hacia la puerta, me emocionaba ir y ver las bellas flores en los arboles, los hermosos pétalos rosados dándole vida a la hermosa primavera. 

Hay escasos momentos, en los cuales recibo un poco de amor por parte de tío Kei, un inesperado beso llegó a mi frente y después una caricia que revoloteo mis cabellos, luego vi como padre se acercaba a él, con una mirada llena de amor con sus mejillas ruborizadas, a simple vista se puede ver su amor, el como el brillo en los ojos cafés de tío Kei brillaban intensamente teniendo enfrente a mi padre, ellos se aman a pesar de sus discusiones, eso nadie lo puede negar. 

Volviendo a sonreír, fui donde ellos, metiéndome en el medio y tomando sus manos para dar brincos, la primavera llegó, y todo va a ser perfecto. 

⌠ •❅──────✧Fin.✧──────❅• ⌡





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AAAAAAAAAH por fin pude terminar una historia. ¡Y en un solo año! jaksjdxnas, joder que orgulloso estoy de mi mismo. 

Espero que les haya gustado esta historia, toda tristona, horny, con fluff y demás jsjs, toooodos sus comentarios me encanta leerlos, algunos me dan gracia, me animan a escribir hasta me daban ideas para futuros capítulos, realmente no tenía un final, solo planeaba hacer una historia random sin ningún trama. 

Muchas gracias por leer esta wea deforme, nos leemos en otro fanfic uwu.

Precario. || Drabbles  「BajiTora」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora