Padres.

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El mayor de mechas rubias se aseguraba de ir a ver como iba el embarazo, la mujer recibía todo lo necesario para que no tuviera problemas, estaba siendo cuidada y supervisada en una de las casas de Manjiro, Takemichi se aseguraba de notificarle todo a Kazutora y Emma solo esperaba como siempre ignorando que todo lo que hacían estaba mal, no debieron ir y secuestrar aquella mujer obligándola a embarazarse, solo porque tuviera parentescos con Kazutora, se sentía fatal, pero el de lunar cada que veía al embrión moverse, sonreía dulcemente, esperando a que cumplieran los nueve meses para poder tenerlo en sus brazos. 

El doctor que tenían, realizaba tratamientos en la mujer para controlar el género del embrión, si ese bebé no salía niña, ambos iban a ser asesinados por los hombres de Manjiro, a Kazutora no le importaba volver a encontrar otra mujer que tuviera sus mismos rasgos y contratar a otro doctor para que hiciera el proceso, iba hacer todo lo posible para tener a una linda niña en sus manos. 

Cuando regresaba a casa, le contaba a Baji todo lo lindo que se veía el vientre moviéndose, grababa las patadas que daba el bebé, al pelinegro le gustaba verlo tan feliz con un lindo color carmín en sus pómulos, habían acordado que la pequeña iba a llevar el apellido de Kazutora, el mayor sabía que Baji no deseaba ser padre pero lo estaba tolerando, por ello había pedido que encontraran a una mujer similar, para que tuviera algunos rasgos idénticos y Baji se encariñe con la menor. 

Cuando ya se cumplieron exitosamente nueve meses, la mujer dio a luz en el mismo lugar en donde estuvo cautiva, Kazutora presenció todo, los gritos de la mujer no eran nada cuando el bebé comenzó a llorar, sin escuchar los lamentos y suplicas por que no alejaran al niño de ella, recibió a la menor en sus brazos cuando fue envuelta con una cobija, su lloriqueo no era tan desagradable, la pequeña era hermosa, los genes de Baji se podían ver en su apariencia, de cabello negro, piel pálida, podía ver diminutos lunares en su cuerpo, pero no en su rostro, cuando la menor se comenzó a calmar porque Kazutora comenzó a mecerla, abrió sus ojos, sus pequeñas pestañas se separaron del borde de sus parpados, abriéndose haciendo notar el color de sus orbes, cafés idénticos al de su padre. 

—Es hermosa, mi niña, Kaori. 

Habló meciéndola, acariciando con delicadeza su suave rostro, Baji estaba en el marco de la puerta, viendo como su pareja cargaba a la menor, no queria acercarse y verla, prefería que Kazutora se encargara de todo ese lio. 

Takemichi hizo que sus hombres entraran y tomaran al doctor y a la mujer, cuando Kazutora salió con la menor junto con Baji, debía de hacer lo que su pareja le encargó, no dejar ninguna evidencia. 

Lo ultimo que escucho Baji fue el ruido de dos disparos. 

Los primeros días, para suerte de Kazutora, la menor era muy calmada, dormía la mayor parte del tiempo y despertaba solo para comer, no lloraba tanto, solo cuando necesitaba de su atención, era muy sonriente, riendo a cada acción o mueca que hiciera el de lunar, le gustaba tocar las manos de la menor, el como aferraba sus pequeñas manos en sus delgados dedos, cada que parpadeaba, hacía lucir el color de sus ojos, podía ver a Baji en ella y eso le encantaba. 

—¿No quieres cargarla?— Habló mientras estaba sentado con la menor en sus brazos en la silla mecedora. 

Ambos estaban en la habitación que era de la menor, repleto de juguetes, decorada de dibujos y tenía todo lo necesario para los cuidados de la bebé, Baji estaba en el marco de la puerta, solo había ido a ver como estaba Kazutora. 

—Prefiero solo verte.— Respondió cruzando sus brazos y apoyándose en la puerta, después de todo ya no pasaba tanto tiempo con el contrario porque Kazutora daba todo su tiempo a la menor. 

—Ven y cárgala, ahora. 

Kazutora no había hecho una pregunta, estaba ordenando que lo hiciera, iba hacer todo lo posible para que su hija no sea rechazada por el azabache, iban a ser una familia. 

Precario. || Drabbles  「BajiTora」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora