Atrevimiento.

1.2K 179 45
                                    

🍒Capitulo largo.🍒

Luego de que haya golpeado al hombre de cabello rosa, agarró de la muñeca a su pareja y se retiró del lugar, fueron hacia la habitación en donde iban a pasar la noche, Kazutora no entendía, aún era algo temprano como para entrar a la habitación, pero cuando ambos entraron y fue empujado a la pared, pudo oler el fuerte aroma a licor en el pelinegro, Baji estaba bajo los efectos del alcohol y podía ver un punto de inyección en su brazo, estaba por quejarse de verlo en esas condiciones, pero fue sujetado del cabello haciendo que mirara hacia el techo, comenzando a sentir la respiración caliente del menor en su piel, el como comenzó a lamer y chupar su cuello lo estremeció. 


—Imbécil. ¿Qué crees que haces?— Sus mejillas se ruborizaron sintiendo la mano libre del contrario recorrer sin pudor bajo su ropa, el como buscaba desesperadamente tocar su piel desnuda y apretarla. —Suelta mi cabello.— Dicho eso, solo provocó que jalara más fuerte haciendo que soltara un quejido. 

Escasas veces lo veía con ese comportamiento, tan bruto y tosco, no sabía como había terminado así el pelinegro, iba a golpearlo pero sintió un ardor en su cuello haciendo que sus ojos se cristalizaran por el dolor, Baji lo había mordido clavando sus caninos, sentía palpitar esa parte de su cuerpo y oía perfectamente el como lamia su sangre. 

—Joder. ¿Por qué eres tan lindo? Atraes a muchos idiotas.— Dijo dejando de sujetar el cabello del mayor y rodeando posesivamente con sus brazos el cuerpo contrario. —Solo quiero tenerte en casa sin que nadie pueda verte ni tocarte, eres mío... 

Kazutora sentía como sus manos bajaban hacia sus glúteos y estos eran apretados agresivamente, su cinturón fue sacado y su pantalón bajado, permitiéndole al pelinegro ingresar en su ropa interior y poder acariciar su trasero sin que la ropa estorbara, el de mechas rubias llevó sus manos a los hombros del menor, no queria hacer nada en la entrada. 

—Baji... estamos en la entrada... 

El mencionado tenía sus parpados levemente caídos, teniendo un mirar relajado, pero sus sonrisa coqueta que llegaba a mostrar sus colmillos hacía ruborizar y poner nervioso al de ojos ámbar, secretamente le gustaba el como se comportaba el menor, su rudeza le encantaba, fue llevado hacia la cama cayendo en esta, sus ropas estaban desordenadas y ahora Baji comenzaba a desabotonar la camisa que traía puesta, podía ver con claridad el notable bulto en el pantalón del pelinegro, trago la saliva que estaba reteniendo y solo se mantuvo sumiso ante las acciones del contrario. 

—¿Debería darte algún anillo? Para que nadie pueda acercarse a ti, mmh no es mala idea.— Se respondía a si mismo mientras se quitaba su corbata. —¿Debería atarte legalmente a mi?— Tomó sus muñecas y giro su cuerpo haciendo que quedara boca abajo, llevo sus manos atrás de su espalda comenzando a amarrarlas con su corbata. —Podemos ir a otro país a casarnos, así podría estar más tranquilo.— Ajustando fuertemente sus muñecas, se acercó al oído del mayor susurrando y mordiendo su oreja. —Te amo tanto, Kazutora. 

Su corazón se aceleraba, sus muñecas cosquilleaban por la fricción y fuerza en ellas, el como susurraba cerca de su oído, sintiendo cada vez más su aliento caliente chocar contra su piel, se estaba comenzando a excitar, Baji tomó sus caderas y las levantó, teniendo más control de su cuerpo bajó hasta sus rodillas su pantalón y ropa interior, el pelinegro al ver la parte trasera de su pareja, tan vulnerable y tentadora, relamió sus labios. 

—¿Ya estas erecto, Tora? Que chico sucio.~— Se burló agarrando el lubricador que estaba en la mesa de noche, lo esparció en el agujero del contrario comenzando a meter dos de sus dedos para aflojarlo. —No hagas tanto ruido, no quiero que algún otro te escuche. 

Kazutora enterró su rostro en la almohada que estaba cerca de su rostro, el frio del lubricante y la estimulación en su entrada hacía que unas corrientes pasaran por su columna, el tener sus caderas levantadas y su pecho apoyado al colchón lo hacia sentir expuesto, retenía sus gemidos mordiendo la tela de la almohada.  

—Mierda, no hay condones.— Maldijo luego de buscar alguna protección, siguió moviendo sus dedos en el recto del mayor metiendo otro más, aunque no hallara uno, aún así iba a entrar en su pareja. —Tendremos que hacerlo sin, Kazutora, no hay problema. ¿Verdad? Estas apretando mis dedos, has de estar ansioso.— Embestía la entrada del contrario con sus dedos haciendo que un ruido se oyera, se agachó un poco dejando algunos chupones en la espalda del mayor, le gustaba verlo adornado de marcas. 

—¡Ah!— Gimió sintiendo las repetidas estimulaciones en su punto dulce, sus piernas temblaban y su espalda se encorvaba, de su miembro comenzaba a salir el presemen goteando hacia la sábana, ya no tenía suficiente, necesitaba que entrara en el y lo sometiera. —Keisuke, mete tu pene de una maldita vez.— Exigió sintiéndose insuficiente con sus dedos.  

—De acuerdo.~

Sacando sus dedos, bajó su ropa interior tomando su propio miembro erecto y rozándolo en la entrada del mayor, comenzó a ingresar en él, al ya tener la punta dentro, de una embestida entró por completo en su interior, sintiendo espasmos por la contracción del contrario, el como envolvía su erecto falo por sus paredes internas que se adaptaban al intruso, Kazutora gemía en voz alta, lo había tomado desprevenido y ya no pudo retener las lagrimas, la carne dentro suyo hacía cosquillear su interior, necesitaba un poco de tiempo para poder calmarse, pero sus caderas fueron agarradas y el pelinegro comenzó a moverse, por sus acciones sus gemidos eran irregulares, gimiendo cada vez que entraba más profundo dentro suyo, el como salía y volvía a entrar en un rápido vaivén. 

—¡Ahg! ¡Ngh!~— Soltaba sin poder controlarlo, los movimientos del pelinegro hacía que sus piernas temblaran de la excitación, hasta el sentir como apretaba sus glúteos y daba nalgadas en su trasero le gustaba. —Más fuerte, Baji.~— Alargó la silaba dejándose penetrar, escuchando el vulgar choque de pieles.  

—¿Más?— Agarró su cabello y lo jalo atrayéndolo más hacia el, abrazándolo para que no cayera. —Que perra sucia y necesitada.— Unió sus labios continuando con las embestidas, moviendo su lengua contra la contraria llevándose sus gemidos ahogados, con su mano libre comenzó a masturbarlo sintiéndolo mas inquieto. 

El beso húmedo seguía mientras era atendido, las caricias en su falo, el como golpeaba su pelvis contra su trasero sintiendo gran estimulación en su punto dulce lo hacia llorar de placer, podía sentir cosquilleos en su miembro apretando cada vez más la intimidad del pelinegro, al separar sus labios, hizo que el pecho del de ojos ámbar cayera sobre el colchón y seguido el se echo en su espalda, empujando más contra el trasero ya rojo del mayor, al estar cerca de los hombros de Kazutora, comenzó a morderlos y chuparlos, yendo hacia su cuello y repetir las mismas acciones, el de tatuaje ya no podía aguantarlo más, se corrió manchando las sabanas sintiendo el gran orgasmo pasar por todo su cuerpo, sus piernas temblaban y entre lagrimas gemía fuertemente, Baji jadeo por la estrechez que envolvió a su miembro, dio unas ultimas embestidas más corriéndose dentro del mayor, sus jadeos y temblores que pasaban por su cuerpo hizo que sonriera, cuando salió del interior de su pareja, contempló como se desbordaba su semilla de la entrada de Kazutora, viéndolo retorcerse de placer a causa suya le fascinaba. 

—Solo me perteneces a mi, Kazutora, no te atrevas a alejarte.— Besaba su espalda mientras desataba sus muñecas, al ya tenerlo liberado, lo abrazo. —Te amo. 

—Yo igual.— Regulando su respiración, le daba caricias a su cabellera. 

Ambos estaban cansados y no tardaron en dormirse. 

Precario. || Drabbles  「BajiTora」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora