Deseo.

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🍒Capitulo largo🍒

☁☁☀☁☁

La madre de Baji iba a regresar tarde a casa, ambos adolescentes al entrar a la vivienda, no tardaron en besarse mientras que uno de ellos sentía que la ropa estorbaba, Baji ya no podía aguantar las ganas que tenía de querer poseer al contrario, tenerlo debajo suyo mientras se estremece de placer. 

Kazutora no sabía si seguirle la corriente, era su primera vez y no tenía ningún conocimiento, se giró tratando de alejarse del pelinegro, pero este lo detuvo y lo arrincono en la pared, podía sentir como este restregaba su pelvis contra su trasero. 

—Detente. ¿Y si tu madre regresa?— Con nervios y avergonzado sintiendo un cosquilleo en su entrepierna forcejeo para alejar al calenturiento de su novio. 

Baji tomó firmemente al mayor de su cintura, rozando su miembro erecto contra los glúteos de Kazutora. —Ella regresará en la noche, tenemos un buen tiempo.~— Coqueto apoyo su mentón en el hombro del contrario, acercó sus labios aquel tatuaje tan atrayente, lamiendo y dejando algunos pequeños chupetes en su esbelto cuello. 

Leves jadeos salían de su boca, sus piernas temblaban y su pulso se aceleraba, Baji se veía seguro de si mismo, pero el aun estaba temeroso, el pelinegro no tardo en notarlo y subió sus manos por debajo de la ropa acariciar su delgada cintura, con la yema de sus dedos daba un recorrido a sus curvas, apretando delicadamente los bordes de su cadera, luego subió una de sus manos hacia los pezones, estaban invertidos y decidió juguetear con ellos hasta ponerlos duros, seguía con las caricias, con el roce y las lamidas, la atención que recibía Kazutora lo distraía excitando su cuerpo. 

—Baji.~— Susurró soltando un gemido, sus mejillas estaban sonrosadas y ahora podía sentir como su pantalón estaba apretado. —Al menos vayamos a tu habitación, idiota. 

Esbozó una sonrisa llevando su diestra al mentón del contrario para que volteara un poco su rostro y así poder besarlo, jugueteando con su lengua, giró su cuerpo llevando sus manos a sus muslos y así poder cargarlo, por el pulso ambos se separaron, Baji ahora tenía cargando al de orbes ámbar, sujetándolo desde su trasero, coqueto beso su mentón y quijada. 

Kazutora ruboroso, envolvió sus brazos en el cuello de Baji mientras se escondía en su hombro, podía sentir el erecto miembro de su pareja, tan duro que seguía rozando su trasero, cuando llegaron a la habitación, el pelinegro cerro la puerta con seguro y fueron hasta la cama. 

Hanemiya fue dejado en las sábanas, vacilante sus piernas y brazos temblaban, quería no sentirse así porque confiaba en Baji, pero sentía que no podía controlar su cuerpo, vio como el menor sacaba de su ropero unos condones y lubricador, eso avergonzó más al de mechas. 

—¡¿Que mierda?! ¡¿Tenías todo esto planeado?!— Abochornado le tiró la almohada a su rostro. 

El contrario la esquivo y llevó lo que tenía en manos a la cama, se quito su remera dejando a la vista su cuerpo entrenado. —Hay que ser precavido, Tora.— Atrevido comenzó a desvestir al de lunar, dejándolo solo en ropa interior, agarró sus muslos para separarlos y acomodarse entre ellos. —Primero voy a prepararte para que no duela. ¿Bien?— Besó su frente y luego sus labios. 

Kazutora solo asintió, trató de relajar su cuerpo y respiración, podía sentir como su falo estaba expuesto, cubrió su rostro con su antebrazo, todo era vergonzoso. 

—Hazlo rápido. 

—Que tímido.~

Bajo su ropa interior dejándolo en uno de sus muslos, con su izquierda comenzó a masturbarlo lentamente, con su derecha cubierta del lúbricamente, comenzó a penetrar el pequeño orificio del mayor con uno de sus dedos, con cuidado movía su dedo para que su cuerpo se adaptara y así poder ingresar otro, Kazutora estaba muy estrecho, cuando sintió que podía moverse, lo hizo moviendo ambos dedos agrandando el espacio, había estado investigando un poco el como podían tener relaciones, y quería que su pareja se sintiera bien, buscando aquel punto, logró encontrarlo sacándole un fuerte gemido al pasivo. 

—¡Ah!~— Gimió arqueando su espalda, aquel estímulo lo hizo sentir una gran corriente en su columna, estaba reteniendo pequeñas lagrimas por la vergüenza y la sensación extraña. —Entra de una vez y vuelve a tocar esa parte.— Gimoteo insistente. 

—Como digas mi amor.— Levantó uno de sus muslos y le dio un beso sin apartar la vista del contrario, viendo fijamente sus encantadora mirada ávida.

Desabrocho su pantalón y bajo la cremallera, cuando quedo desnudo agarro su propia erección para ponerse el condón y luego echarle el lubricante, al asegurarse de tenerlo bien lubricado, se acercó al mayor acomodándose entre sus piernas, con delicadeza ingreso su miembro en la entrada de Kazutora, las paredes internas del mayor lo envolvieron sacándole algunos jadeos, sin vergüenza gimió cuando entro por completo en su pareja, los estímulos que sentía lo incitaba a querer moverse.  

Pero el de lunar dejo caer algunas lagrimas al sentir por completo al intruso en su interior, sus muslos temblaban, su estómago se sentía lleno, podía ver como había un pequeño bulto en su abdomen, al comienzo si dolió, ahora solo necesitaba estar un momento quieto para que su cuerpo se adaptara a la sensación de ser penetrado. 

—Baji.— Lloriqueo. —Bésame. 

Obediente, Keisuke dejo caer su cuerpo en el pecho del mayor, unió sus manos entrelazándolas con las contrarias a la altura de la cabeza de su pareja, se acercó a sus labios y los junto tratando de distraerlo, exploraba su cavidad bucal, moviendo sus mandíbulas y de vez en cuando mordiendo sus delgados labios, Kazutora se dejo dominar, el no tener experiencia lo dejaba rindiéndose en la sumisión, cuando separaron sus labios, el menor comenzó a moverse, un vaivén lento mientras devoraba el estilizado cuello del pasivo, succionaba su piel dejándola roja y bajaba ahora hasta sus delgados hombros, mordisqueándolos dejando un recorrido de marcas, algo indeciso, mordió su cuello clavando sus colmillos, aquel acto hizo estremecer al de lunar dándole más espacio en su cuello girando el rostro. 

—Ya muévete bien. 

—Que impaciente. 

Cariñoso besó su mandíbula y comenzó a mover su pelvis aumentando la velocidad, el vaivén lento comenzó a ser rápido, haciendo sonar el ruido obsceno que provocaba al chocar piel con piel, el pene erecto del mayor se rozaba con el abdomen del menor, causándole más estímulos en ambas partes, dejarlo ser, envolvió torpemente sus piernas en la cadera del activo, su voz salía desvergonzadamente al sentir los roces en ese punto dulce que lo hacía gemir altamente. 

—¡Ah! ¡Baji!~— Nublado de la excitación, su voz suelta salía sin pudor, no podía pensar claramente, solo quería llevar a su preciado orgasmo. 

—Kazutora.~— Gimió soltando una de sus manos para llevarla a la cintura del mencionado y apegarlo más a el, sentía que estaba por venirse.  

—¡Ngh!— Abrumado del calor, llevó su mano libre al hombro del contrario arañándolo mientras lo atraía a su rostro y así poder morderlo, la estimulación en su punto era tanta que ya no sabía como recibirlo. 

El primero en llegar al clímax fue Kazutora, apretando sus dedos del pie y sintiendo más temblorosos sus muslos dejando de envolverlos en la cadera del pelinegro, dejo de morderlo rindiéndose entre las sábanas moviéndose algo inquieto al correrse en el abdomen del menor y en el suyo. 

Cuando el de mechas expulsó su semilla, su interior se contrajo apretándolo aún más, dando unas cuantas embestidas, también llegó al éxtasi, apretó un poco la cintura del mayor dejando la marca de sus dedos, sus gemidos placenteros salieron y suspiró recuperando el aliento, fue fantástico. 

—¿Te sientes bien?— Salió de él con cuidado, sintiendo como se estremecía por los espasmos, quitó el condón amarrándolo y tirándolo en la cesta de basura. —¿Quieres dormir?— Agarro una toallita húmeda y comenzó a limpiarlo, seguido comenzó a limpiarse el mismo. 

—Se sintió muy bien.— Admitió ya con la respiración regulada, su vergüenza desvaneció y alzo sus brazos, sí tenía sueño y quería algunos mimos. —Descansemos. 

—A tus ordenes, mi precioso.— Fue a sus brazos y lo envolvió desde su cintura acercando su rostro a su pecho. —Te quiero Kazutora. 

—Yo también te quiero.— Con cariño beso su frente, envolviendo su cuello, estaba cansado y se sentía tan amado al tenerlo en sus brazos. 

Ambos jóvenes no tardaron en dormirse sin importarle lo demás. 

Precario. || Drabbles  「BajiTora」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora