Emma.

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Ya llevaba tiempo desde que Baji lo había presentado con la hermana de su amigo rubio, una chica que también era de baja estatura, rubia y de ojos color miel, era bastante linda, cada vez que iban a buscar a Mikey, ella aparecía de curiosa y miraba a todos desde el marco de la puerta, según le conto Baji, no solía tener amigos porque todos le tenían miedo a su hermano, eso le pareció extraño. ¿Quién no querría ser amigo de una chica tan linda? 

Desde que entablaron una conversación y encajaron tan bien, ahora no solo iba a su casa para buscar a Mikey, sus visitas eran más frecuentes para ir a visitar a Emma. 

Ahora ambos estaban en la habitación de la rubia, Emma estaba probando un rímel teniendo a Kazutora como prueba. 

—¡Listo!— Gritó cayendo de espaldas en una de sus almohadas, habían rodeado su alrededor de almohadas para mas comodidad. —Te ves muy bien.— Halago, no estaba nada mal a pesar de tener un pulso malo. 

Kazutora se veía en el espejo de mano de la menor, podía ver sus pestañas más largas con algo de volumen. —Me siento hermoso. 

—No entiendo porque te prestas para esto.— Habló desde el marco de la puerta con los brazos cruzados, por alguna extraña razón, no le gustaba dejar a ambos solos en la habitación. 

—Tora-kun se ve bien, no tiene nada de malo. ¿Verdad?

—Se siente raro cada que parpadeo, pero todo bien.— Levantó su pulgar. 

Emma sonrió por su victoria, burlándose también por el comportamiento de Baji, ahora tomó uno de sus pintalabios y comenzó a impregnar los delgados labios del de lunar. 

Comenzaba a inquietarse, Emma a veces no respetaba el espacio personal y luego de pensar tanto, sonrió al tener una idea. —¿Sabés? Hace minutos vi que Draken entró en la habitación de Mikey y estaban hablando de una chica. 

Su pulso falló al escuchar el nombre del chico que le gustaba, el labial había pintado de más haciendo una diagonal hasta la mejilla de Kazutora. 

—¡Callate Baji! No es de mi importancia. — Ruborizada, agarró una toallita húmeda limpiando el labial que se desbordó, pero solo lo empeoró manchando más la mejilla del contrario. —Maldición... eres un idiota.— Dejo el pañuelo y se levanto para ir a la habitación de su hermano. 

Ahora Baji sonrió victorioso, se acercó al de ojos ámbar agarrando otra toallita húmeda para limpiar el desastre que hizo la rubia. 

—Ñom, sabe a cereza.— Canturreo mientras lamia el borde de sus labios. —No debiste molestarla, estaba comenzando a quedar divina.— Mandó un besito al aire haciendo un ruidito.

Baji le tiro la toallita al rostro y se levantó para salir de la habitación, mientras Kazutora reía, Baji estaba hirviendo. 

Precario. || Drabbles  「BajiTora」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora