Se quedó mirando el hueco y el lugar donde se había desaparecido el elfo-duende y decidió que sí se tenía que ir. Volvía a escuchar pasos, fuertes y decididos, acercándose a ella. Y corrió. Fue lo primero que se le vino a la cabeza, fue lo más lógico que se le ocurrió en esos momentos. Y notaba que los pasos corrían tras ella. Y quería gritar sin saber porque, notaba que esta vez si iban a pillarla. Que no estaba segura. Y unas voces empezaron a llamarla por su nombre y apellido. La gritaban la decían que no corriera en vano, que estaban a un palmo de pillarla. Pero Alaska no paró. Al rato corriendo notó que alguien agarraba su mano y susurraba en su oído:
- No puedes ir a tu casa habitual, también hay peligro ahí Alaska. No hay ningún tipo de protección. Ve al bosque más cercano Alaska.
Era Ozloc. Alaska no cesó de correr y cambió el rumbo hacia el primer bosque que vio. De repente notó que la arrastraban y estaban dentro de un árbol. Estaba vacío, sin nada. Pero era como una habitación.
- Aquí ni nos oyen ni nos ven.
Ozloc apareció de golpe.
- ¿Cómo...? No te vi...pero...
- Puedo estar sin estar Alaska ¿o todavía crees que soy como tú y nada mágico de lo que has visto es real? ¿Que tú tmapoco eres real?
Alaska enmudeció y no supo qué decir.
Simplemente se quedaron en silencio.
- Ya, Alaska. Pero no vayas a tu casa- dijo Ozloc cuando ya habían salido del árbol.
- ¿Y a dónde si no?
- Donde sea menos ahí.
Dijo Ozloc desapareciendo.
Alaska no supo si ir a la cabaña a la que fueron en su cumpleaños o a casa de Violet. Pero al final se decantó por esta última.
- Señora... Young. Siento interrumpir pero necesito un lugar donde dormir y no sabía donde...
- Aquí siempre eres bienvenida. Por cierto, me llamo Alice. Violet está en su habitación, es la última del pasillo de arriba.
Alaska subió y encontró a Violet leyendo, cuando la vio, cerró el libro y saltó a sus brazos.
- ¿Qué ha pasado?
Alaska le relató todo lo sucedido en el bosque, el nuevo individuo que había conocido y todo lo que le había dicho y como había tenido que escapar.
Violet la miraba excpectante y se asombraba a cada rato.
- Parece de película Alaska.
- Ojalá lo fuese...A la mañana siguiente, cuando ambas salieron a desayunar, vieron a la señora Walker ahí.
- Está chica...me va a dar un disgusto cualquier día de estos.
- Lo siento Samantha.
- Menos mal que estás bien... Gracias por todo Alice. Y perdona las molestias.
- No son para nada molestias, te lo aseguro. Estamos encantados de tenerla aquí, con nosotros y, me gustaría que se quedase también a comer si es posible.
Sam pareció renegar pero al final aceptó y se marchó después de darle un abrazo a Alaska.
Violet y Alaska desayunaron tranquilamente y después fueron a la habitación.
- Violet, tenemos que ir al bosque a buscar a Ozloc. Necesito saber qué es seguro.
Y dicho eso, se pusieron sus abrigos y fueron al bosque. No sabían por donde buscar, ni por donde empezar.
- ¿Pero sabrás donde vive o el árbol no?
- No Violet. Se apareció de la nada en el hueco.
- Tal vez haya que ir allí a esperar.
- Eso sería una pérdida de tiempo. Pero tengo una idea.
Alaska se encaminaba hacia el bosque donde había se había escondido con Ozloc el día anterior. Y buscó, esperando. Pero acabó diciendo su nombre, desesperadamente sin saber cómo llamarlo.
Le llamó y le busco el varios lugares, caminó por todo el bosque en busca de el elfo-duende pero no había rastro de el. Se sentó frustrada en una roca y Violet en el suelo, agotada de caminar.
Entonces notaron que algo las absorbía, que algo las llevaba y las hacía cerrar los ojos.- ¡Despertaos! Me habéis llamados vosotras...
Alaska vio a Ozloc despotricando mientras daba patadas al suelo y repetía "despertad, despertad".
- ¡Ozloc!
- Por fin.... ¿Qué pasaba señorita Black?
- Necesito saber hasta cuando no es seguro que vuelva a mi casa.
- Ah...es eso. Ya lo había solucionado de dos maneras... Espera.
Y desapareció. Alaska vio a Violet tendida a un par de metros de ella y se acercó para desoertarla. Pero esta no respondía.
- ¡Violet por favor!
La zarandeaba y gritaba su nombre pero esta no despertaba.
Ozloc apareció de nuevo con una piedra en la mano. Era transparente, o eso parecía de lejos. Cuando las tenía en las manos había un bonito paisaje y parecía que estaba nevando en él.
- No entiendo, Ozloc.
- Es protector. Lo había colocado en tu armario pero...
- Gracias por decírmelo.
- ¿Y tu amiga?
- No despierta Ozloc.
Volvió junto a Violet y volvió a llamarla.
Ozloc se acercó, sacó su varita y la pasó por todo el cuerpo de Violet con un solo y limpio movimiento.
- Llevará unos minutos.
Y en efecto a los minutos, Violet empezó a respirar, sus dedos se movían y sus párpados empezaron a abrirse.
- Voy a llevar esto...a su sitio.
Miró a Alaska con la piedra en la mano y acto seguido ya no estaba.
- Violet ¿estás bien?
- Ahora sí Alaska. Ahora sí...
- ¿¡Qué ha pasado!?
- Eso...luego. Eso...luego. Mejor.
La cara de Violet expresaba el mayor de los temoros y su cuerpo temblaba violentamente.
Ozloc reapareció y las condujo a la salida, dejándolas en lo alto de la montaña más alta.
- Espera- dijo Violet al ver cómo Ozloc desaparecía, y se sentó.
Alaska hizo lo mismo y la miró esperando que hablase.
- Cuando...estaba ahí he visto cosas horribles Alaska. No sabría decirte qué. Eran partes diferentes. Había mucha sangre. He visto destellos verdes, morados y sobretodo, azules.
Alaska abrió los ojos. Azul..como siempre.
- Lo peor eran los gritos. Estaban por todas partes, no sé que decían ni qué gritaban. Gritos atormentados, agonizantes... Era horrible Alaska, estaban lejos, luego cerca y después a mi lado, en mi, dentro de mi cabeza...
Violet se tapó la cara con las manos y se la escuchaba sollozar mientras repetía constantemente lo horrible que fue.
Alaska la abrazó, simplemente.
Lamentaba tanto que ella también tuviese que sufrirlo...aunque ella dijera que quería, que por eso la había hablado, que ya sabía del peligro...
Lo lamentaba mucho...
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AMNESIA
Fantasy"- Te vas a llamar Alaska, pero vas a seguir conservando tu apellido, que es Black. De momento no podemos decirte más, pequeña.-"