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El director mantenía la vista fija y se notaba que no quería hablar de lo que fuese que le rondara la cabeza.
- Tengo una pregunta y no tiene nada que ver... ¿Y los señores Walker?
- ¿Quieres verlos?
- Sí. Tengo dos pequeñas...charlas pendientes. Y tengo un plan pero usted me tiene que ayudar porque seguro que sabe más que yo. Por ahora no necesito que me cuente nada. Luego vuelvo.
Y Alaska se fue, camino a casa de los Walker, rezando para que ésta vez si estuvieran en casa. Cruzó el jardín a paso rápido acordándose de su plan y llamó a la puerta repetidamente.
- ¡Alaska!
La señora Walker la abrazó y sollozó. Estaba cubierta de heridas, con un ojo hinchado y morado.
- Pensé que...
- Venga conmigo, tenemos que hablar.
Alaska cerró el cobertizo tras ambas y entonces miró a Samantha.
- Voy a ir al grano ¿vale? He perdido muchísimo tiempo. ¿Es usted mi tía?
- Claro que sí. Pero quizá en los registros Black yo no aparezca porque soy hermana de tu madre.
- ¿Cuál es su apellido, Samantha?
- Em... Scott.
- Yo tenía entendida otra cosa... Samantha Jennsen.
La señora Walker palidecía por instantes y Alaska la vio agarrarse a la mesa, para no caer. Alaska sacó de su bolsillo los papeles de Alaska y los de Sam.
- Me mentiste.
- Lo siento muchísimo Alaska...
- ¿Y el coma? ¿Y el supuesto incendio?
- Alas...
- ¡Todo era mentira! ¡Desde el principio!
Salió de allí corriendo, con lágrimas en los ojos, porque acababa de confirmar de lo que ya tenía pruebas. El director estaba en el primer tramo tras dirigirse al bosque, esperándola.
- ¡Alaska!
- Era todo mentira director y encima me ha mentido en la cara...
- Lo sé, Alaska, ven conmigo, te prepararé un chocolate en la escuela.

Tras dos tazas de chocolate junto a Nicholas, éste la dijo:
- Si quieres, puedo ayudarte. Creo que aún debes decirles algo más... Pero necesitas saber cómo bien me dijiste.
- Gracias director.
- Ésto igual es difícil de asimilar para ti, sin embargo sé que llevas tiempo preparada para ésto, pero había que acabar antes con todo aquello, creí. La cuestión es Alaska... Cuando la casa de los Black desapareció y solo quedaste tú, los señores Walker ya sabían del ataque antes incluso de que éste se produjera. Sabían tanto de la desgracia que en cierto modo tenían algo que ver... Te encontraron ahí porque sabían que ibas a estar ahí y quisieron cuidarte desde el día anterior. Llevaban tiempo vigilando a tu familia Alaska y a ti también. Te llevaron con ellos y te cuidaron y tuvieron que ir dándote información, aunque falsa. Fue un gran error que te dijeran que tu apellido era Black porque era lógico que con el tiempo te harías preguntas. Pero no pensaron en ello, ése fue el gran fallo de su plan. Te mantuvieron alejada de todo lo que pudieron, de todo el mundo, hasta que los obligaron a escolarizarte. No supieron que dónde ibas era el lugar que contenía tanto de todo lo que te habían ocultado. Lo triste es que... Ellos... No querían gente como nosotros en su mundo y en verdad en ninguno otro.
- Señor...¿qué? ¿Me quiere decir lo que yo creo...?
- Los señores Walker eran magos tenebrosos y oscuros, pero lo odiaban y querían acabar con todo, también odiaban a la gente no mágica, pensaban que el mundo estaba hecho para ser cuidado y con todo lo que hacía la gente para destruirlo era mejor así. La familia Black sufrió mucho así como otras familias mágicas, pero tu sobreviviste y aún queda otro Black... Ellos crearon las voces y la fueron fortaleciendo con los años, embrujaron el árbol, el bosque que lo rodeaba y todo lo que pudieron porque sólo quedabas tú, el otro Black y algunos que no tenían registrados. Pero tenían que cogerte a ti, o éso decían y querían. Te buscaban por cada lugar día y noche. Estabas a salvo allí donde estuvieras porque antes de encontrarte ellos... Lo hice yo.
- ¿¡Usted!?
- Tenías que mantenerte a salvo y sabía que los siguientes años serían duros. Me temía que alguien andaba detrás de ti y decidí embrujarte para que así, siempre tuvieses una gran protección.
- ¿¡Por qué usted no me llevó con el!? Me... Me dejó con ellos...
- Cuando acabé mis hechizos, unas zarzas y arbustos se escuchaban detrás de mi, unos pasos se acercaban y tuve que desaparecerme.
- Pero usted me dijo que usted no poseía nada mágico, sólo tenía a...
- A Ozloc. Pero...te mentí Alaska y lo siento. En esos momentos tuve que hacerlo. Pensé que te habías dado cuenta de mi poder al verme en la primera batalla...
- Pensé que... Como a Violet y sus padres... ¡Pero fui estúpida! Estaba todo muy claro director... No lo vi.
- No pudiste verlo. Estabas demasiado metida en otras cosas, una de ellas, cada batalla. ¿Te has dado cuenta de que pasado mañana es tu cumpleaños?
El director Nicholas sonreía a Alaska.

AMNESIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora