Capitulo 22 - ¿Qué hubiera sucedido si...?

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Max corrió a la ayuda de Gale, el cual se encontraba tirado junto al bote jalando un poco de la red. No comprendí muy bien su posición hasta que noté un cuchillo que se encontraba cortando la palma de su pie. El cuchillo estaba atado a la red, y cómo la red se había enredado entre sus piernas no se lo podía sacar. De ahí, su grito de dolor ensordecedor.

-¡Ely! - gritó Max. - ¡ven! ¡ven! 

El castaño se tumbó al piso para ver la herida, mientras que Gale tan solo se encorvaba para verlo. - ¿Qué te sucedió? - le preguntó Max. El chico tan solo tragó gordo con la respiración entrecortada. Quién sabe desde hace cuánto estaba batallando con eso.

-No sé como pasó - habló Gale con la boca reseca - No sabía dónde estaba el cuchillo, y de repente lo sentí en mi pie. Para cuando me di cuenta ya estaba totalmente enredada en mi pierna y el cuchillo se encajó - Max jaló un poco de la red, acto que provocó que Gale soltara otro grito. 

Era el. Suspiré. Era el mismo chico que había creado aquella malla de tensión entre Pauly y yo, aunque él ni siquiera se diera por enterado.

No me quise acercar más; me quedaba viendo todo desde la espalda de Gale, junto al pequeño bote pesquero, intentando que él no notara mi presencia. ¿Me reconocería? no lo sabía, y la verdad es que podía ser, bien que no lo hiciera. Aunque él podría llegar y haber dicho lo mismo de mí, y yo no dude ni dos segundos en su identidad. Era el mismo rostro, los mismos ojos, los mismos labios, hasta ese vago lunar que se encontraba en la curvatura de su boca, solamente que un rostro más maduro, mas varonil. Ya no tenía quince años, ya no era un niño. Ahora era un hombre adulto. 

-¡Ely! - hablo Max exaltado por tercera vez - quédate con él, yo iré a buscar a los demás.

-¡Yo voy! - dije muy segura de mi misma, Max pareció ignorarme, y se levantó de su lugar frente a Gale 

-Elizabeth yo soy más rápido - rió un poco, para después echarse a correr a través de la playa 

Y así, lo ultimo que se escuchó fueron los bajos lamentos de Gale y su pie 

¿Qué se suponía que podía hacer ahora? Tenia al chico lamentándose de dolor frente a mí ¿me quedo detrás del bote?

Gale soltaba otro grito sollozan, mierda, me dije, sin lugar a dudas tenía que acercarme un poco más.

Me aventé en la arena, justo en el lugar que Max había dejado vacío. Quise ver la herida; quizás no sería muy profunda, pero el cuchillo era un filoso y delgado método de sufrimiento para él, por lo que sus gritos eran genuinos verdaderamente.

Intenté hacer algo para no sentirme torpe, acto que obtuvo el resultado contrario; no sabía qué hacer con mis manos cuando Gale soltó otro grito.

-Hola - habló el a duras penas. Levanté la mirada de su pie, y lo miré con recelo. Quizás no sabía quién soy. Pero...¿cuando viera a Pauly? ¿La reconocería? Si bien no la reconoce por su físico, la podría llegar a reconocer por el grito del guerra que pegaría cuando viera de quién era la identidad del chico misterioso que encontramos en la playa tirado y herido. - ¿Podrías Distraerme? - dijo el chico. Prácticamente estaba sudando de todo el esfuerzo. Cuando levanté mis manos para tomar un mechón de pelo detrás de mi oreja, me di cuenta de la sangre que escurría ahora por mi mano. Sentí una clase de Vertigo espontáneo al ver otra vez la herida y percatarme que no era una herida limpia; había sangre, bastante. Bien decía mi mamá: El pie es sangrón. Cuando te cortas, parece una hemorragia irreversible, siendo que con un curita azul de ositos todo se arreglaba.

- Odio la Sangre. - Admití, tragando un poco de saliva.

- ¿Que Otras cosas no te gustan? - Gale gimió y respiró entrecortadamente. Lo miré detenidamente, ya que él no estaba viendo hacia ningún punto fijo. Sus ojos revoloteaban desde las formaciones rocosas a tonos grisáceos, hasta el mar de coral que hacía contraste con sus colores azules intensos y claros. 

Una escritora sin amor - (Max Verstappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora