Capitulo 89 - Mi historia de amor

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Okay...Ultimo Capitulo que no quería publicar por qué demonios no quiero que termine esta historia, así que no me queda nada más que agradecerles por leer, los amo <3 pronto viene otra en la que he estado trabajando.

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¿Qué es la muerte?

Me había topado con mis pensamientos tantas veces en aquella ultima semana que ya ni siquiera sabia si eran míos, o palabras que se habían colado por mis oídos y yo los había interpretado como propios

La muerte es aquello que cumple el ciclo de la vida, cuando tus órganos comienzan a fallar, cuando el alma se desprende del cuerpo y se transforma en un ente más espiritual que material.

Todo aquello lo había investigado en filosofía, lo había visto en miles de programas; la definición era la más conocida, y la que menos se quería escuchar, porque es un destino al que todos nos enfrentaremos tarde o temprano. Y da tanto miedo, que te corta el aire en cuanto piensas que nunca sabrás cuando ocurrirá realmente.

Sin embargo, aquellos días algo había cambiado: la muerte ya no era un estado de inmovilidad, uno que representaba la falta de pulso del corazón; la muerte se había tornado en algo psicológico, en algo que iba más allá que simplemente unos signos vitales.

Mi mente viajaba cada media hora hacia el interior de aquella iglesia, hacia aquellas palabras que me había dejado marcada de por vida. Mirando hacia la costa del mar mediterráneo, con el sol brillando (una de las primeras veces en todo el año), y con las olas chocando en aquellas rocas, me sentí otra vez al comienzo de toda mi vida.

¿Cómo todo era tan fácil? Eras tan pequeña tan niña. Tus mayores preocupaciones era posiblemente si tu mamá te iba a hacer algo rico para comer, y no un plato lleno de verduras; tu máxima adicción era tomar las muñecas y jugar, mientras que las risas era el oxígeno que parecía mantenerte vivo.

Cerré los ojos, sintiendo el calor del sol. Y cuando lo hice, sonreí: recordé a una pequeña niña, flacucha, con cabello café corto hasta las orejas, y un vestido morado. La niña corría por toda la playa sintiéndose viva. Y lo más asombroso, es que ni siquiera sabia que lo estaba sintiendo, simplemente estaba viviendo, sonriendo, sin preocuparse por el mañana, sin tensarse.

Y después, cuando la niña miraba sobre su hombro, se encontraba con dos pares de personas que la observaban sobre la cima de la colina, mirándola con ojos de amor. Ella sabía que estaba segura, y al mismo tiempo no sabía que lo estaba, simplemente algo dentro de ella sabía que aquellas personas nunca la dejarían caer. Y lo mejor de todo llegó cuando, mientras corría, y la arena del viento empezaba a meterse en su cabello, miró hacia su lado: otra niña, con pelo más claro y largo, y un vestido color café iba a su lado. La niña estiró su mano, y la tomó: la niña con el vestido morado supo entonces, sin saberlo cómo todo lo demás, que esa de vestido café estaría a su lado, siempre. Y que si ella se cae, la otra la levantaría, que si ella lloraba, la otra niña también lloraría, y que mientras sonriera, la niña del vestido café se sentiría satisfecha.

¿Qué pensaba cuando tenía cuatro años?

Recordaba amar aquel vestido morado que mi padre me había regalado, y recordaba también ver como mi mamá le metía el vestido café a Ronny sobre su cabeza; nos teníamos que turnar para que nos peinara, aunque al final de todo terminábamos con el pelo totalmente despeinado, así que ese día había optado por simplemente cepillarlo. Recordaba mi emoción conforme veía que la playa se acercaba, y como mi papá gritaba un "¡Con Cuidado!" cuando Ronny y yo salimos expulsadas del carro, descalzas, mientras que caminábamos hacia la playa.

Una escritora sin amor - (Max Verstappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora