Una escritora sin amor - (Max Verstappen)

Capitulo 74 - Sweddler; que feo nombre para un perro

Llegué a Bélgica con una temperatura ambiente de unos 15 grados, con lluvia. Mis dientes tintineaban y aún bajo el paraguas sentía como el viento portaba pequeñas partículas de agua que terminaron mojando superficialmente mi chaqueta negra.

Vi cómo la limosina se estacionaba a la entrada principal del aeropuerto; Ronald, uno de los choferes, bajó casi inmediatamente debajo de un paraguas negro.

- Joven Max, bienvenido - dijo él con voz ronca y solemne. Lo saludé con un gesto en el rostro, y el se apresuró a abrir mi puerta.

Al fondo del auto lo vi sentado; estaba con un traje, y su cabello debidamente peinado. Palmeo el asiento y me sonrió.

- Amigo - canturreó - Tenemos mucho de que hablar

- Empieza, Daniel

- Así que, Ely está aquí solamente por Lucy.

- Sí, ya sabía; fue su regalo de cumpleaños.

- ¿Cómo lo sabias? - me miro extrañado

- Ronny me lo dijo, su hermana.

- Oh claro...si tienes la duda de por qué tu ex novia viene al viejo mundo, nada como preguntarle a tu ex cuñada.

- Qué gracioso - lo miré con cara de pocos amigos, y él soltó una carcajada - ¿Qué más sabes?

- No mucho - admitió y bebió whisky - no puedes conseguir mucho cuando todavía estas aturdido por las perlas negras que tomaste la noche anterior

La limosina seguía en movimiento por las traficaras calles de Bélgica ese 29 de Diciembre.

Año nuevo estaba a la vuelta de la esquina, lo cual significaba una cosa: La fiesta de fin de año de los Verstappen.

Champaña, vestidos largos, trajes de etiqueta, música aburrida y gente sonriendo sin parar por todos los rincones del gran salón principal de la casa de invierno, era lo que resumía bien ese "magnate" evento. A mí no me gustaba mucho esa fiesta, considerando el hecho de que no hacía más que platicar con gente aburrida que estaba interesada en quien me convertiría yo el día de mañana, y la pregunta de siempre, "¿cuándo vas a volver a correr?"

Pura mierda.

Sin embargo, era una tradición, y aunque no me agradaba la recepción, tenía que admitir que una vez que los invitados se fueran y quedara solamente la familia era bastante divertida, ver a los primos Wesley pelear con los Rodds, los Verstappen y los Thomors en una vieja riña de futbol techado y ver a los abuelos de todos recordando cuando solían nadar desnudos en las piscinas de sus casa, era algo que realmente me gustaba.

Claro que, eso empezaba más que nada al día siguiente, pero durante la noche nueva no se solía dormir...o al menos eso intentábamos en la antigua competencia de "a ver que familia aguanta más despierta"

Sin presumir: los Verstappen teníamos el récord: hasta las 9:40 de la mañana, nada más y nada menos.

Orgullo Verstappen; éramos los mejores.

- ¿Y Alice? - Daniel alzó la ceja, y me sacó de mis pensamientos llenos de recuerdos de la infancia

Entonces lo recordé a él con un traje de Winnie the Pooh hace unos años tras perder una apuesta contra nuestro amigo Lando, y sonreí.

- Se quedó a trabajar en Paris; llega mañana por la noche

- Tienes que estar bromeando; ¿es enserio? - sonrió con suficiencia, y me miró con exasperación - no lo hiciste apropósito ¿verdad? - me cuestionó - esto no tiene nada que ver con cierta chica de cabello castaño y ojos verdes, ¿cierto?