Quiero empezar por decir que perdón por tardar en actualizar pero entre la escuela y el trabajo mis días han estado más ocupados que de costumbre, tratare de actualizar más seguido, así que habiendo sacado esto disfruten el capitulo.
¿Qué es lo que me lleva a cometer tantos errores? Eso me preguntaba justo en el momento en que los vi entrar.
Ella llevaba un radiante vestido violeta, con incrustaciones de brillo que corrían desde la cola del vestido hasta su escote.
Ojalá la fiesta hubiera sido al aire libre —pensé para mis adentros—, así nos hubiera hecho un favor y no hubiera mostrado su escote como lo hacía.
— Despreciable —mascullo Lucy, dando un sorbo de champan —. ¿Soy yo, o se ve más rubia?
La gran estadía de la fiesta continuó llenandose. Miré como Victoria entraba, tomada del brazo de Bruno, y me saludaba con una efusiva sonrisa que cruzaba de esquina a esquina le habitación. Le hice una seña con la mano, y después ella fue distraída por una pareja de adultos que se acercaron para saludarlos.
De repente, estar ahí había perdido el chiste.
Entonces, una copa se estrelló contra el suelo.
El chillido de su voz se escuchó hasta quizás el tercer piso, si es que hubiera habido uno.
Y lo último que vi fue una figura masculina caer al suelo, como tabla que se desprendía de la pared.
Lo peor de todo fue que, de hecho, conocía al hombre que ahora se veía tan vulnerable.
El silencio tuvo su apogeo, y después fue sustituido por gritos de agonía.
Todo se iba a la mierda misma.
<< 3 días antes >>
~ Max Verstappen~
Las mañanas en Paris eran siempre frescas. El olor a las rosas que Alice había plantado en las macetas del balcón se impregnaba por todo el departamento, y el olor a café se introducía en mis fosas nasales haciéndome sentir un placer oculto tras vez la luz matutina despertar a Paris.
Alice ya se había ido a su agencia, y yo paseaba en pantaloncillos por el apartamento, observando la torre Eiffel a lo lejos, a través de las ventanas de vidrio de la sala.
Todo estaba en paz, quizás demasiado.
Atravesé la habitación, y fui hacia la puerta principal. El periódico estaba sobre la alfombra; las escaleras se veían fúnebres y oscuras, y escuché como alguna vecina maldecía a su marido.
Tomé el periódico en mis manos, y entré. No haría mucho con él; no era fanático de leer el diario francés, pero mínimo me entendía por medio de las imágenes de las noticias.
Tomé asiento en mi sofá desplegable de cuero blanco, estiré las piernas, y con una taza de café en mano me dispuse a "leer las imágenes". Había llegado a la sección deportiva, cuando el vibrar de mi teléfono me sacó de mí trance de paz absoluta. Metí la mano en el bolsillo de mi pantalón, y contesté sin ni siquiera preocuparme por ver de quién era la llamada entrante.
— ¿Bueno?
— ¡Max! —Cuchicheó. Reconocí la voz de mi hermano casi al instante.
— Hey, Dan. ¿qué pasa? ¿Qué allá no es una hora menos que aquí? —separé el teléfono de mi oido y lo puse en mi campo de visión para ver la hora.- ¿Que haces despierto a las 8 de la mañana? ¿Por fin renunciaste a tu vida de soltero loco?
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Una escritora sin amor - (Max Verstappen)
Fiksi PenggemarElla es una chica llamada Elizabeth. Con 19 años busca entrar a la universidad con una beca estudiantil para literatura, pero al descubrir que su beca ha sido reducida, se encuentra con un pequeño concurso de la misma institución que puede hacer que...