"Sigo sin saber la fecha, lo siento.
Querido... ¿Diario? No, olvídalo.
Sigo sorprendida, con la mente en blanco ante la idea de todo lo que Max puso de repente en mi cabeza. Por el modo y la profundidad que describía a Alice, se notaba inmediatamente que todavía sentía cosas por esa chica, y que jamás la olvidaría... Eso era más que un hecho. El pobrecito se abrió ante mí, dejándome la combinación de aquel candado viejo y oxidado que él representaba metafóricamente; estaba segura, esa era de las pocas veces que había hablado abiertamente del tema, sin prejuicios. Si, tal vez fui... Molesta, pero todo lo que Max me contó, solo provocó que una nueva posibilidad se abriera ente mis ojos, una nueva clase de amor. Él estaba tan enamorado, que no le importaba el engaño, ni el hijo de otro hombre, ni que no fuera su sangre, lo sacrificaría todo para formar aquella familia que siempre había deseado con ella. Ese amor, vamos a llamarlo, Amor Sin regaña dientes... Respectivamente".
Desperté tarde aquel sábado. Me había pasado la noche escribiendo hasta que recordé que el tiempo seguía corriendo, aunque mientras tenía la pluma en mano, no lo veía así. Eran las 3:24 de la mañana cuando un bostezo me recordó el reloj.
El sonido de voces entrando a la casa despertó mi interés. Salí de entre las sabanas, y aun en pijama me aventuré al pasillo, con mi cabello sostenido en un chongo enmarañado a lo alto de la cabeza, y mi cara con la marca de la almohada aun.
- Buenos días principessa. - dijo mi abuelo con una sonrisa. Detrás de él, los gemelos Paulette y Omar, y Dianne, sentados en el comedor.
- ¡Oh! ¡Ely! - sonrió Pauly. - ¡Hoy es día de carnaval! - sonrió la morena. Yo asentí aparentando sorpresa grata, aunque la verdad era que no me importaba en lo más mínimo. - tienes que ir.
- Lo siento, quiero enfocarme en escribir por ahora. - contesté apenada. - Pero, invita a Max, estoy segura de que aceptara con mucho gusto. - le guiñe el ojo, y ella sonrió de oreja a oreja.
- Vamos Ely. - insistió Omar - tienes mucho tiempo como para poder escribir, diviértete un poco.
- El problema es que hoy me siento inspirada, y esa inspiración quizás no la tenga mañana. - suspiré, y salí de la cocina, para irme a vestir.
El viento jugueteo con mi cabello, otra vez. Tomé el lápiz en mi mano, y comencé a escribir de nuevo, mientras que mirando al mar mediterráneo, tan cristalino y puro, las palabras salían de la punta de grafito como si tuviera alguna clase de diccionario al lado. A veces, la perfección está en los ojos del espectador... Por eso es que yo amaba tanto aquel hermoso lugar de rocas a desniveles.
- ¡Ely! - una voz masculina se escuchó desde la playa. Max se acercaba hacia las rocas, escalando la primera. - ¿Qué haces?
- Escribo. - contesté un tanto irritada, ¿Que no es obvio? - ¿Y tú? ¿Qué estás haciendo aquí? - cerré el cuaderno sobre mis piernas, con la pluma entre las hojas. El llego a la tercera roca, y se sentó junto a mí.
- Estoy aburrido.- admitió a duras penas.
- Y.... ¿Tengo cara de payaso para que te diviertas o qué? - el soltó una carcajada ruidosa, mientras que yo solo sonreí y reí un poco.
- Tu prima me ha invitado al carnaval... ¿Quieres venir?
- Prefiero quedarme en casa a escribir, gracias. - miré hacia las olas del agua chocar ferozmente con las rocas.
- ¡Anda! ¡No me dejes solo en esto! - giré rápidamente la cabeza para mirarlo, confundida. ¿De cuándo a acá Max y yo éramos amigos? - Paulette me da miedo. - admitió avergonzado. Yo solté una enorme risotada. - Es un poco acosadora...
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Una escritora sin amor - (Max Verstappen)
FanficElla es una chica llamada Elizabeth. Con 19 años busca entrar a la universidad con una beca estudiantil para literatura, pero al descubrir que su beca ha sido reducida, se encuentra con un pequeño concurso de la misma institución que puede hacer que...