Capitulo 37: Yoska

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Elías

Después del pequeño contratiempo de anoche, Eva y yo regresamos al hotel directo a dormir. Nuestra escapada tendría que ser terminada debido a nuestro encuentro con acuario. Lo que menos quiero es ponerla en peligro.

Ahora mismo ella se encuentra dormiendo dándome la espalda, abrazo su cintura y la pego más a mi.

— arriba bella durmiente... —susurre.

— No quiero irme... —su voz sonaba bastante despierta. — no quiero volver a la realidad...

Suspire, le di la vuelta y la mire a los ojos. Acaricie su mejilla analizando cada una de sus facciones

— debemos irnos, ahora estas corriendo más peligro, acuario y cupido están aquí. Y no sabemos su exacta ubicación ahora mismo.

Suspiró perezosamente y se levantó de mala gana, tenía cierta cojera.

— ¿aún te duele?

— No, estoy jugando al cojolli —rodó los ojos y se encerró en el baño.

Cuando desapareció de mi vista, cambié las facciones de mi rostro, la preocupación de apoderó de mi. Ivan me había mandado algunos mensajes contando lo sucedido.

Era de esperarse que adrien y Fhanny hablaran si se enteraban de algo, tengo la sensación de que ellos dos intentaran alejarnos.

Pero Fhanny sabe claramente que lo de Eva, no es enserio, que ella también es mi capricho y no algo más...

O eso pensaba...

Lo acepto. Acepto lo que Fhanny dijo ese día, porque la razón la tiene ganada.

El sonido de mi teléfono me rescato de aquellos pensamientos, había llegado un mensaje, me sorprendió al ver que decía número desconocido.

Número desconocido

-Walton. Las cosas no se quedarán así.

¿Eldrick? De verdad está tratando de intimidarme o deberé pegarle otra paliza. Ese chico no entendió a la ligera, tendré que ir con la pesada. Otro mensaje.

Número desconocido

-no juzgues sin saber.

Ahora quien demonios es el bromista.

— oye, ¿no te vas a duchar? —deje de mirar el teléfono y le preste atencion.

— voy.

Eva camino hasta su maleta y empezó a sacar ropa, llevaba la toalla envuelta en la cintura, tenía la costumbre de andar con los pechos al aire. Me acerque a ella sin hacer ruido, la abrace por la espalda notando como su piel se erizaba y le pellizqué una de las bubis para después salir corriendo al baño.

— ¡TE MATO!

La escuche gritar, amaba molestarla de esa manera. Era una linda sensación verla enojada por eso.

Tome una ducha rápida y salí desnudo sin una toalla. Eva no estaba en mi vista lo que me preocupo. me puse unos bóxers sin siquiera secarme y empecé a buscarla, sentí una desesperación enorme, un miedo indescriptible. ¿Le pasó algo? ¿Le hicieron algo?

— ¿y esa cara de paranoico? —escuche su voz detrás de mi, solté un suspiro profundo.

— creí que te había pasado algo...

— oye, soy dura de matar —se acercó a mi y me abrazo por la cintura— Te lo puedo asegurar.

La bese sin responder nada, puse mi cabeza sobre la suya y la abrace a mi, siempre que la abrazaba, aquella paz regresaba a mi ser, haciéndome olvidar quien era en realidad.

MDT: Mi querido entrometidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora